* La coacción al ex gerente de la petrolera venezolana Pdvesa, Gonzalo Brusa Dovat. El juez procesa a Stornelli por este caso porque D’Alessio llevó, coaccionado, a Brusa Dovat a declarar a la fiscalía de Stornelli. La jugada fue tan grotesca que D’Alessio entró a las oficinas del fiscal sin ser siquiera abogado y hasta filmó parte de la declaración. Y el sentido del delito es que obligaron a Brusa Dovat a declarar en determinado sentido, poniéndolo en pánico porque de lo contrario terminaría preso en una causa armada en el fuero penal económico.

Stornelli trató de sacarse de encima a D’Alessio en su defensa, diciendo que es un charlatán, que él casi no leía los mensajes del falso abogado, que no le creía nada y que no había tanta relación entre ellos. El juez desestima esos razonamientos señalando que los mensajes constatados por las pericias no eran unidireccionales, que eran intercambios y que resulta difícil de creer, en un fiscal con tanta trayectoria, que se hubiera prestado a intercambios, sin ninguna prevención, con un charlatan o delirante, como Stornelli ahora califica a D’Alessio.

Ramos Padilla enumeró las veces que el fiscal eludió la declaración indagatoria, con maniobras que las querellas consideraron dilatorias y de obstrucción de la causa. En concreto el juez afirma que la rebeldía es un indicio de que se eludió a la justicia y que el fiscal, en su vinculación con D’Alessio, mostró sobradamente capacidad de alteración y obstrucción de causas. La conclusión es que correspondería la prisión preventiva, pero que no se dicta por la condición de fiscal de Stornelli. Sin embargo, dice el magistrado, que volverá a considerar la prisión preventiva si el trámite en la Procuración remueve los obstáculos que impiden ahora la detención de Stornelli.