Roberto aseguró que con su madre siempre tuvieron la esperanza de encontrar a Elena y a Javier (el nombre que habían elegido sus padres para Matías) vivos. “Las esperanzas se fueron disipando con mi hermana pero nunca con Javier. Guardé todo un álbum de fotos para el momento en que viniese”, resaltó. Hasta que en un momento el banco de datos confirmó que había un 99,9 por ciento de certeza de que Matías Javier fuera su sobrino.

“Matías no era un desaparecido, estaba en el lugar equivocado, no estaba con la personas que eran de su sangre, estaba con personas maravillosas que le dieron tanto amor y lo adoptaron. Mati te amo desde lo más profundo del corazón”, señaló desde un comunicado que tuvo que seguir leyendo otra persona. “Un desaparecido es un muerto que vuelve todos los días. Con la llegada de cualquier boleta de un impuesto esperaba que fuera una carta de mi hermana contando que estaba viviendo en cualquier lugar del mundo”, dijo.