De acuerdo con lo que explicó el periodista Mariano Martín en C5N, la empresa aplicaba un esquema de suspensiones rotativas desde hace ocho meses, pero ahora fue más allá. minutouno.com se contactó con un vocero de la empresa, pero de momento no habrá ninguna información oficial.
Por su parte, el secretario de organización de la UOM, Abel Furlán, explicó a C5N que los despedidos deberían ser reincorporados este jueves, pero se mostró expectante.
“Veníamos acordando con el sector empresario un sistema de suspensiones con el 90% de la remuneración. Intempestivamente la empresa dijo que debía replantearse el esquema de suspensiones”, con una baja en el ingreso de los trabajadores que rondaría el 75%, indicó el sindicalista. La negativa generó los despidos.
Luego explicó los argumentos de la empresa para este nuevo ajuste: “La baja de producción por el parate de Vaca Muerta y por la situación planteada por Trump de ponerle aranceles al acero y al aluminio, pero eso por ahora solo quedó en un tuit de Trump, no se hizo efectivo. Es cierto que hay merma en Vaca Muerta pero esto viene desde hace 7 meses, y estábamos contenidos con un esquema no veo por qué ahora hay que modificarlo”.
También apuntó a la actitud del grupo empresario de Paolo Rocca de cara al nuevo gobierno: “Nos sorprende la actitud, que contradice el decreto que otorga la doble indemnización cuando el grupo despide gente. Por el otro lado, es cierto que el gobierno, a través del Pacto Solidario convoca a todas las partes, donde se entiende que hay que fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores para poner en marcha a la economía y eso se contrapone queriendo bajarle el salario casi un 30% a los trabajadores”.
Pero además lanzó una sombra de duda respecto a las intenciones de la empresa ante el nuevo conflicto: “No se nos escapa que Techint tiene un negocio global y hasta podría relocalizar producción en otros países, con tal de tener los argumentos que necesita para plantear lo que está planteando”.
“Vamos a estar diseñando un plan de lucha en defensa de los puestos de trabajo y del salario, no vamos a quedarnos de brazos cruzados ante semejante atropello en un marco en el que el poder adquisitivo fue pulverizado por la inflación”, advirtió y apuntó que “cuando Cristina Kirchner dejó el gobierno, en 2015, el promedio salarial de nuestra planta era de 2.300 dólares, hoy es de 900”.
No obstante, explicó: “Vamos a acatar el proceso de conciliación obligatoria que va a llevar entre 21 y 30 días, en ese lapso se abrirá un marco de negociación y vamos a hacer un esfuerzo para resolver el diferendo. Ahora, si la empresa sigue manteniendo que los trabajadores tienen que perder el 30% de la masa salarial vamos a tener que pensar que la empresa nos quiere llevar a un conflicto”.