Bolsonaro insistió, como respuesta, en imponer la “cuarentena vertical”, o sea, solo para mayores de 60 años y personas con otros tipos de enfermedad. Mandetta repitió que, al menos de momento, debería haber una “cuarentena horizontal”, con poquísimas excepciones.

Y, otra vez de acuerdo a O Estado de S.Paulo, en ese momento volvió a elevar la voz advirtiendo que, en caso de que Bolsonaro siguiese incitando a todos a salir a la calle, se vería obligado a criticarlo en público.

“Lo haces, y te echo”, dijo fulminante el presidente. Fue necesaria la intervención de los demás participantes para que los ánimos se calmaran.

Terminada la reunión, Mandetta – un hombre conservador, pero cuya actitud hasta este momento es reconocida hasta por adversarios del gobierno – tomó dos actitudes.

Primero, aseguró a su equipo que no va a renunciar, para no abandonar el barco en medio de la tempestad. Y enseguida, convocó una larguísima conferencia de prensa en la que desmintió varias de las afirmaciones anteriores de Bolsonaro y defendió enfática y claramente el “aislamiento social” violado este domingo por el presidente.

Para enturbiar aún más el turbulento ambiente, al regresar de su gira al Palacio da Alvorada, residencia presidencial, Bolsonaro habló a la prensa.

Entre otras joyas de oratoria, a determinada altura dijo: “Ah, ¿has visto lo que dijo el gobernador, lo que dijo el vice? A mí no me interesa”.

Se refería básicamente a los gobernadores derechistas João Doria, de San Pablo, y Wilson Witzel, de Río. Y también al general retirado Hamilton Mourão, vicepresidente de la República.

No satisfecho con el vendaval provocado, dijo que a lo mejor mañana baja un decreto presidencial asegurando a todos el derecho a trabajar.

Preguntado si el texto estaba listo, contestó: “No. Es que tuve la idea en este exacto momento”.

Este domingo, en el estado de San Pablo, se confirmó que el número de víctimas fatales en los 13 días pasados desde el primer diagnóstico es seis veces superior al de China en el mismo periodo.

En el mismo domingo, el mandatario brasileño hizo lo que hizo.

Porque así es Jair Messias Bolsonaro, presidente de un país de 210 millones de personas llamado Brasil.