Absolvieron a César Milani por la desaparición del soldado Ledo y condenaron a su ex jefe

“Al momento de quedar firme la condena deberá cumplirse bajo la modalidad de prisión domiciliaria en atención a la edad del imputado”, aclararon los magistrados.

El tribunal integrado por los jueces Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedha escuchó primero los alegatos de la fiscalía y de la defensa, quienes habían pedido condenas para ambos.

En su resolución, el TOF de Tucumán también declaró la inconstitucionalidad del artículo 19 del Código Penal que dispone la privación de los haberes de jubilados a los condenados. También impusieron las costas del juicio a la familia del soldado Ledo y a la secretaria de Derechos Humanos de la Nación.

Los fundamentos de la absolución de Milani y la condena de Sanguinetti se conocerán el 5 de diciembre. Durante su alegajo, Milani dijo que le habían falsificado la firma en el acta de deserción de Ledo y que se trataba solo de una fotocopia.

“Estoy profundamente decepcionada con la Justicia, particularmente de esta provincia. Ya habíamos recusado a dos de los jueces. Es una sentencia vergonzosa. Acá hay una víctima del genocidio implementado por miles de militares, dos de los que estaba, acá”, dijo Graciela Ledo instantes después de la sentencia. Recientemente, un tribunal oral federal de La Rioja también había absuelto a Milani por el secuestro y torturas de dirigentes políticos riojano durante la dictadura. La familia Ledo apeló esa sentencia a la Cámara Nacional de Casación Penal.

Antes de la sentencia, el Ministerio Público Fiscal pidió hoy una pena de seis años de prisión para el ex jefe del Ejército César Milani e inhabilitación por el doble de tiempo de la condena en el juicio oral y público por la desaparición de Ledo, en 1976.

Así lo solicitó al exponer su alegato ante el Tribunal Oral Federal de Tucumán el fiscal federal subrogante Pablo Camuña, quien consideró a Milani autor penalmente responsable de los delitos de “encubrimiento” y “falsedad ideológica”.

A Milani lo habían acusado de falsear un acta sobre la presunta “deserción” de Ledo y de haberla firmada por orden de Sanguinetti, quien era su superior por aquellos años, para encubrir la desaparición de Ledo.

“Más que hacerme un daño a mi, se le ha infringido un castigo al Ejército argentino, privándolo de la posibilidad de una reconciliación definitiva con el pueblo y de una definitiva recuperación de capacidades que se había comenzado en 2013 con mi gestión, la más importante de los últimos 40 años”, aseguró el ex jefe del Ejército de Cristina Kirchner.

Este es el segundo juicio que afrontó Milani. El anterior fue en La Rioja por el secuestro y las torturas sufridas por Pedro Olivera y su hijo Ramón, durante la última dictadura militar, en el que el ex jefe castrense fue absuelto.

La madre del soldado Agapito Ledo, Marcela Brizuela. (Ruven Digilio)

Este viernes, las abogadas querellantes Viviana Reynoso y Adriana Mercado Luna fueron las primeras en exponer sus alegatos ante los jueces: solicitaron 6 años de prisión para Milani y prisión perpetua para Sanguinetti.

“Sanguinetti desplegó una conducta homicida a partir de la privación ilegítima de la libertad de Ledo, quien fue trasladado a Arsenales (centro clandestino de detención donde fue visto por dos testigos por última vez) y finalmente ultimado”, alegaron las abogadas.

Ledo nació en La Rioja, era estudiante de la carrera de Historia y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

A los 20 años, el joven ingresó como soldado al Batallón 141 de La Rioja y luego -en el marco del Operativo Independencia contra la guerrilla- fue trasladado a un campamento de la ciudad de Monteros, en Tucumán, donde fue visto por última vez el 17 de junio de 1976.

El soldado había sido asignado para desempeñar tareas civiles, como reparación y construcción de rutas y caminos.

Ahora, Milani tiene causas abiertas por supuesto enriquecimiento ilícito y otros delitos en los tribunales federales de Comodoro Py. El oficial, especialista en Inteligencia, llegó a la cúpula del Ejército de la mano de la ex ministra de Defensa Nilda Garré y luego con el apoyo de Cristina Kirchner.