Stornelli pidió que declare como testigo suyo el arrepentido Fariña, que en los últimos años siempre mostró una asombrosa voluntad de declarar a favor del macrismo y exhibió conocimientos de todo tipo de temas en causas contra el kirchnerismo. Primero lo fue en la de lavado de dinero contra Lázaro Báez y luego empezó a mostrarse como un gran conocedor de temas de obra pública, como para “aportar” a otros expedientes. Su aparición en la causa de Dolores está relacionada con menciones sobre él hechas por D’Alessio, en mensajes, en conversaciones con Etchebest y con otras víctimas. D’Alessio alardeaba que era él quien manejaba a Fariña. El arrepentido se presentó al comienzo de la causa para negar las operaciones que le atribuían pero declaró bajo un artículo del código procesal que lo definiría como imputado. De hecho fue denunciado también por declarar, con un guión preparado por la AFI, apuntando contra Cristina Fernández de Kirchner en el expediente sobre la obra pública.