Los médicos no conocen a fondo por qué el uso de tampones se relaciona con la aparición del SST, aunque la capacidad de absorción de estos productos y su colocación en el interior de la vagina, que permite una mayor concentración de oxígeno en la zona, favorece la producción de las toxinas. Por eso, se recomienda como prevención recambiarlos tampones después de las cuatro o cinco horas.