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La Reina y la Virreina de la Vendimia compartieron su alegría por la coronación y la emoción por sus recuerdos más tristes

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La noche estaba fría en Mendoza. Llovía de una manera persistente aunque la garúa permitía que continuara el increíble espectáculo en el que rotaron más de 800 artistas en escena. En los cerros, mendocinos y turistas que ascendieron a paso lento con sus mantas y viandas iluminaban la noche con sus celulares y vivaban a sus favoritas en la elección de la Reina. En las tribunas y plateas con entrada paga los más previsores se cubrían con paraguas mientras aparecían vendedores de pilotines que variaban el precio según la intensidad del agua que caía. En las redes sociales estallaba una polémica ajena a la magia que se generaba en el Teatro Griego Fray Romero Day donde nadie dejaba su lugar a pesar del clima. Los colores de las luces cambiaban en cada cuadro del espectáculo que conjugó danza, acrobacia y música de distintos géneros pasando del amarillo al naranja intenso, al blanco o al celeste. Pero en las redes sólo mencionaban las luces verdes como un mensaje subliminal a favor del aborto como si ese no fuera el color de los parrales y de las uvas antes de madurar…

Después de la danza, la música, los fuegos artificiales y los interminables aplausos las reinas departamentales volvieron a escena en el Acto Central. Y al revés de la Cenicienta fue después de medianoche cuando María Laura Micames, de 20 años, y Luz Martina Mercol, de 19, recibieron la corona de Reina y Virreina respectivamente. A ellas les han preguntado qué color de pañuelo elegirían y qué posición tendrían sobre la interrupción voluntaria del embarazo. Prefieren no contestar aunque para una es la mujer la que debe decidir sobre su cuerpo mientras la otra dice que su deber es representar a toda la sociedad por igual.

María Laura estudia Trabajo Social y Luz Martina Psicología. Las dos quieren continuar sus respectivas carreras aún durante el año de reinado y las dos defienden los derechos de la mujer. Con matices, por supuesto.

En mucho se parecen. Ambas recibieron el cetro con la dulce alegría de quien atravesó un gran dolor. Con voz suave y reflexivas se animaron a contarle a Infobae la parte más triste de sus historias justo en un momento de enorme felicidad y rodeadas del glamour que da el éxito en la Fiesta Nacional de la Vendimia.

María Laura está emocionada pero aún así defiende el título de Reina de quienes en épocas de debate sobre género preferirían que la llamen “representante” de la Vendimia. Ella no evade la polémica y subraya que  piensa aprovechar la oportunidad para poner en práctica lo que lleva aprendido en la Universidad Nacional de Cuyo donde cursa segundo año de Trabajo Social.

Bajo la lluvia la Reina recordó a su hermana fallecida en el 2012 (Prensa Gobierno de Mendoza)

Bajo la lluvia la Reina recordó a su hermana fallecida en el 2012 (Prensa Gobierno de Mendoza)

Al recibir la corona recordó a su ángel de la guarda, su hermana María Luján que falleció a los 7 años cuando la ahora reina tenía sólo 12. Viajaban en familia de vacaciones a Mar del Plata, en el 2012, cuando sufrieron un accidente y la pequeña murió. “Recién ahora están mejor”, cuenta María Laura sobre sus padres antes de recordar otro momento de gran dolor.

En noviembre del año pasado, una noche de sábado, se fueron a la Fiesta de la Tradición del departamento de San Carlos. Cuando regresaron les habían robado. Notaron de inmediato que les habían llevado un pequeño cofre color celeste. Supusieron que lo robaron porque no lo pudieron abrir. Y no lo pudieron abrir porque estaba sellado: en el interior guardaban las cenizas de Luján.

Angelina, la mamá de la niña y de quien ahora es Reina Nacional de la Vendimia, inició una campaña en las redes sociales que se volvió viral. Todo Mendoza hablaba de la urna. Tres días después el cofrecito apareció tirado detrás de la casa de la familia, un poco deteriorado por los intentos por abrirlo.

No es menos conmovedora la historia de Luz Martina, estudiante de tercer año de psicología y desde la madrugada del domingo Virreina Nacional de la Vendimia. Apenas la coronaron la joven de Lavalle rezó en público. “Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea…”,pronunció con voz casi de niña la joven que se define como profundamente creyente y que le cuenta a Infobae que en situaciones difíciles repite la oración pero en silencio y sólo para sí. “Me da mucha paz, la oración tiene un poder muy grande”, cuenta, y recuerda que también había rezado en voz alta cuando la coronaron Reina de su departamento. Siempre es la misma oración a la Virgen María por quien tiene “un amor particular” según su propia definición.

Luz Martina rezó a la Virgen María tras la coronación como Vicerreina (Prensa Gobierno de Mendoza)

Luz Martina rezó a la Virgen María tras la coronación como Vicerreina (Prensa Gobierno de Mendoza)

¿Por qué rezó Martina en el anfiteatro? Porque hace tres años, cuando tenía 16, su mamá le enseñó esa oración a la Virgen María. Betty tenía cáncer y durante todo el proceso de tratamiento rezaba con sus dos hijos varones y con su hija mayor, la ahora Virreina. “Aunque tomé la comunión y la confirmación y voy siempre a rezar sola a la iglesia, no conocía esa oración y me pareció tan linda…”, repite.

En homenaje a su mamá y en agradecimiento a la Virgen, Martina rezó primero en Lavalle y rezó también en el anfiteatro del cerro. Cumplió una promesa a María: rezarle en caso de ser electa.

Y ahí en el cerro también estaba Betty, su mamá, alentándola cuando en lugar de un discurso hizo oír su oración.

Cuando llegó el turno de “Su Majestad” María Laura, las cámaras mostraron a su madre, muy parecida y con los mismos ojos celestres transparentes de la electa Reina. “Cumplí mi sueño, tengo dos estrellas en el cielo”, exclamó mientras su mamá se secaba las lágrimas. “Mi reinado es para ella, para mi hermana María Luján, sé que ella me acompañó en todo momento, prometo representarlos de la mejor manera ante el mundo, es inexplicable la alegría que tengo”, siguió la soberana mientras la capa que la cubría cedía y dejaba ver sobre su muñeca el nombre de su hermana que lleva tatuado: Luján. “Te amo, estoy orgullosa de vos”, la felicitó su mamá desde un móvil de Canal 9 mientras su padre, con la voz quebrada, agregó: “Gracias por la dedicación que le hiciste a tu hermana, te amamos, mamita”.

Antes de dejar el Romero Day, la Reina y la Virreina se abrazaron con mucha emoción.

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