La defensa de Lagomarsino solicitará que el especialista peruano evalúe los estudios del Cuerpo Médico Forense y el de Gendarmería. En diálogo con Página/12 afirma que los rastros de sangre encontrados en el baño del fiscal demuestran que estuvo solo al momento de su muerte.
La defensa de Diego Lagomarsino le planteará al fiscal Eduardo Taiano y al juez Julián Ercolini que el perito peruano, de renombre internacional, Juan Santos Lovatón, participe de un estudio en el que se revisen, tanto la pericia de la Gendarmería como lo hecho por el Cuerpo Médico Forense (CMF) y la Junta de Criminalistas, que lideró la Policía Federal. Santos Lovatón aparece como uno de los especialistas mundiales, citado dos veces en la pericia de la propia Gendarmería, pero su análisis es demoledor: en diálogo con Página/12 reafirmó que los rastros de sangre demuestran que Nisman estuvo solo en el baño, que se disparó usando las dos manos y que nadie salió del baño.
Los abogados Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro, defensores de Lagomarsino, vienen insistiendo con que es insostenible la coexistencia de pericias con conclusiones totalmente opuestas: la Gendarmería afirma que había tres personas en el baño; la Federal sostiene que Nisman estaba solo; la Gendarmería concluyó que al fiscal le suministraron ketamina, le pegaron una paliza y le fracturaron la nariz, mientras que el CMF dice que en las vísceras de Nisman no se encontró ninguna sustancia, que no recibió golpes y que “no hay evidencia médico-legal que indique que se haya tratado de un acto homicida”.
Una autoridad mundial
Santos Lovatón es co-autor de libros del máximo nivel internacional como Bloodstain Pattern Analysis (“Análisis de patrones de manchas de sangre”) o Principles of Bloodstain Pattern Análisis (“Principios del análisis de patrones de sangre”); ambos referidos al estudio de la escena en un hecho violento. Esta especialidad y la experiencia acumulada de más de 20 años, fue la que llevó a que los abogados de Lagomarsino tomaran la decisión de solicitar que el especialista peruano intervenga en un estudio que el fiscal y el juez evitaron en forma sistemática: confrontar las pericias, comparar conclusiones opuestas. De hecho, hasta el momento ni siquiera declararon bajo juramento los que hicieron el estudio de la Gendarmería, algo inusual en cualquier causa judicial: los peritos deben reafirmar sus conclusiones en el expediente y hacerlo bajo juramento de decir verdad.
Desde Lima, donde vive y es el titular del Instituto Peruano de Ciencias Forenses, Santos Lovatón –licenciado en Biología y master en Ciencias Biomédicas– respondió a las preguntas de este diario. Este es un resumen del diálogo vía mail:
–Sabemos que la criminalística es multidisplinaria, pero ¿por qué usted concluye que Alberto Nisman estaba solo en el baño a partir del análisis de las manchas de sangre?
–Las manchas de sangre de calzado son buenos indicadores de actividad posterior a un hecho. Sería lógico observar manchas de calzado o vacíos por haber pisado el charco o haberse entrometido en las salpicaduras, más todavía tratándose de tres personas como señala la Gendarmería. Pero además existe un patrón de brochazo sobre la puerta, formado al momento de caer Nisman sobre la misma dado que impactó sobre la puerta. Este patrón de brochazo está intacto, si hubieran abierto la puerta (una o más veces), que es lo lógico por la supuesta salida de las tres personas, se notarían más brochazos. Además, no se observan vacíos en las manchas de salpicadura de sangre en el baño. Es decir espacios sin sangre o discontinuidades de las manchas de salpicadura lo que sería de esperarse con supuestamente tres personas en un baño pequeño. Se observa el patrón de retro-salpicadura sobre el piso, que no estarían allí porque habría quedado en la ropa del que sujetó a Nisman.
Las salpicaduras en las manos
–Usted señala, además, que por las manchas de sangre en las manos está claro que Nisman se disparó a sí mismo.
–Así es. Es indudable. Hay salpicaduras por back-spatter en ambas manos, o sea las pequeñísimas gotitas que salen del propio orificio por el que entró el disparo. Son micro salpicaduras. Y están presentes en las dos manos, lo que significa que tuvo el arma en una mano y que esa mano estaba apoyada por la otra mano.
–Hubo críticas sobre la preservación de la escena. ¿Qué mirada tiene?
–Primero se perennizó la escena, antes de tocar o mover algo. Bien. Me parece que esta etapa igualmente se pudo haber hecho de mejor manera, mejores fotos de las manos, para ver mejor el back-spatter, y mejores fotos de los patrones de sangre individuales, con mediciones. Tal vez fotos perpendiculares, no angulares. Y por lo que yo sé, no tomaron muestras para análisis de las células en laboratorio. Verificar por ejemplo, si era sangre con saliva y células de mucosa bucal en la mancha del lavabo, lo que indica que salió de la boca. De todas maneras, por el tamaño y el polo blanco que tienen esas gotas, está claro para mi que salieron de la boca.
En lo esencial, Santos Lovatón coincide con los peritos de la Policía Federal y con el especialista de la defensa, Luis Olavarría. Todos ellos dictaminaron que la dispersión de sangre en casi todos los sectores del baño demuestra que Nisman estaba solo en el baño, parado frente al espejo, al momento del disparo. De haber dos o tres personas en ese pequeño espacio, la proyección de las salpicaduras de sangre se hubiera interrumpido.
Santos Lovatón agrega que eso también se hubiera visto en el piso, porque un supuesto homicida tendría que pisar esas manchitas de sangre al salir y no se observa ningún rastro de ese tipo.
La mancha en la puerta
A la misma conclusión se llega respecto a una mancha muy grande que hay en la puerta del baño. Cuando el fiscal cayó, su cabeza dio contra la puerta, en la que hay una especie de brochazo de sangre producto de ese contacto de arriba hacia abajo. Si alguien hubiera salido del baño, ese brochazo aparecería con otras manchas encima, producto de nuevos contactos, más roces, de la cabeza contra la puerta.
Según se deriva del análisis del especialista peruano, la secuencia arrancó con Nisman parado frente al espejo, se dispara, sangra por la boca y esas gotas caen sobre la bacha; también hay retro-salpicaduras que salen desde el propio orificio en el cráneo y en la caída por supuesto van cayendo más gotas de sangre. Nada se interpone en las trayectorias como hubiera ocurrido de haber dos y hasta tres personas en el baño.
Finalmente, también Santos Lovatón es concluyente en el análisis de las micro-salpicaduras en las manos. Tanto en la derecha como en la izquierda están las gotas microscópicas que salen de una especie de flit hacia atrás que produce el ingreso del proyectil en el cráneo, lo cual indica que sostuvo el arma con una mano, apoyada por la otra. También se percibe un vacío de gotas en la mano derecha, lo que indica que tenía la izquierda por encima de esa zona.
Las conclusiones son obvias: ninguna otra persona en el baño, sumado a rastros de disparo en sus propias manos. Es lo que surge del diagnóstico de quien la propia Gendarmería citó como experto internacional de referencia y que la defensa pide ahora que intervenga.
La Fiscalía que investiga la muerte de Diego encontró más mensajes en los celulares de los doctores que lo atendían y avanza la hipótesis del homicidio doloso o culposo. “Se viene su cumpleaños. Hay que reducirle la medicación para que pueda estar presentable”. Escalofriante cronología de sus últimos días.
-Matías quiere un certificado de que Diego está orientado en tiempo y espacio.
-¿Orientado…? Ja, ja.
-Bueno, vos poné que cuando lo viste, lo viste bien.
Más allá de los posibles delitos o los límites éticos, el avance de la causa por la muerte de Diego Armando Maradona deja en claro la desaprensión con la que atendieron los profesionales al argentino más popular de todos los tiempos.
Los últimos diálogos que surgen de la investigación son escalofriantes. Más, teniendo en cuenta que se está abriendo una caja negra que es la antesala a la muerte del Diez. La Fiscalía a cargo de la causa ya pudo acceder en los útimos días a la información que contenían los dos teléfonos celulares que eran propiedad de Maradona. Y pronto habrá más novedades al respecto. Por ahora, se conocieron nuevos intercambios de mensajes entre el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz, los tres principales apuntados en este caso.
El posteo del doctor Leopoldo Luque para el cumpleaños 59 de Diego Maradona. Se reconocía “a cargo” de la salud del “10”.
Según reveló, a modo de cronología de los últimos días de Maradona, el diario Página 12 en su edición del domingo, hubo un diagnóstico sobre el estado de salud de Diego a partir de los mensajes cruzados entre los tres profesionales. “Demencia alcohólica. Rasgos de Parkinson”, mencionan en sus whatsapp para definir la patología que aquejaba al Diez. Esos mensajes corresponden a los días 24 al 26 de octubre, un mes antes de su muerte. En esos intercambios también hablan de que el paciente “está confuso, perdido, rígido”.
El 26 de octubre se produce un pedido de Luque a Cosachov: “Matías (sería Morla) quiere un certificado de que Diego está orientado en tiempo y espacio”. La psiquiatra le responde: “¿Orientado? Jaja…”. A lo que Luque le contesta: “Bueno, vos poné que cuando lo viste, lo viste bien”. El certificado, fechado el 20 de octubre, hace lugar efectivamente a ese pedido pero hay un problema: en la causa ya quedó comprobado que la psiquiatra no visitó a Diego por esas fechas.
El 29 de octubre aparece otro mensaje: “Se viene su cumpleaños. Hay que reducirle la medicación para que pueda estar presentable”. Dos días después, en mal estado ante la vista de todos, Diego apareció en el estadio de Gimnasia, donde se lo dejó ver por última vez de manera pública.
La psiquiatra, Agustina Cosachov, en el velorio de Diego. Foto: R González
Luego llega el momento de su internación, donde días más tarde es operado de un hematoma subdural. A continuación, con la firma de sus hijas y de Luque, Maradona es trasladado al barrio San Andrés de Tigre pese a que la sugerencia de la clínica donde se encontraba internado era que debía ser hospitalizado en un centro de rehabilitación por su adicción al alcohol y por su cuadro general.
Ya en su nueva morada, surge en esos chats una frase escalofriante: “O perdemos la matrícula y vamos en cana o seremos semidioses”. En la semana del 15 al 19 de noviembre se percibe un empeoramiento del cuadro. “No para de dormir”, “tiene un ronquido preocupante, es una respiración con ruido extraño”, “está hinchado”, se leen en los celulares de los implicados.
El 23 de noviembre, dos días antes del desenlace, un mensaje dice: “Hace dos días que duerme”. Y vuelve la advertencia: “Está hinchado, muy hinchado”.
El magistrado federal que renunció a su cargo en abril de 2016 aseguró que “enviados especiales” del ex presidente le ofrecieron una coima para que se apartara de la causa de escuchas ilegales
“Mauricio Macri no me compró porque yo no cotizo en Bolsa, pero tuvo toda la intención de hacerlo”, disparó el ex juez federal Norberto Oyarbide.
La confesión formó parte de la columna que protagoniza el ex magistrado en el programa de Fernando “Coco” Silly en Radio 10. Esta vez fue como respuesta a una pregunta de un oyente que quería conocer su opinión sobre las “causas inventadas que se están cayendo a pedazos”.
“Gracias por la pregunta, me abre un espacio magnífico como para poder responder. Me siento como transitando por la 9 de Julio con esto. No voy por Cerrito ni por Carlos Pellegrini, voy por la 9 de Julio. Sí, creo que la Justicia está muy desordenada, la gente está descreída y tiene razón”, introdujo.
Y avanzó: “Esta radio reveló las visitas de integrantes de la Casación Penal a nuestro anterior presidente. Iban a dar cuentas de las distintas resoluciones que iban a tomar. Y todo tenía que ver con un solo punto: Cristina Fernández de Kirchner”.
Y concluyó: “Mauricio Macri no me compró porque yo no cotizo en Bolsa, pero tuvo toda la intención de hacerlo”.
La confesión provocó una lógica reacción del conductor. “¿Intención directa?”, preguntó Silly.
“Absolutamente directa. Me pidió que me inhiba en su causa. Yo tuve la causa de las escuchas telefónicas donde él utilizó como jefe de Gobierno la Secretaría de Inteligencia del Estado con Stiuso a la cabeza… Y después, ya siendo presidente, no había nadie que se le interpusiera en su camino y tenía todos los aparatos del Estado para llevar adelante su obra extraordinaria”, desarrolló.
Sin pelos en la lengua, Oyarbide aseguró que hubo “enviados especiales” que le ofrecieron dinero, a los que les contestó que él no cotizaba en Bolsa. En un programa de televisión agregó que el ofrecimiento fue en dólares, pero evitó precisar la cifra.
Oyarbide fue el juez que en 2010 dictó el procesamiento del entonces jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, acusado de montar una red de espionaje ilegal sobre dirigentes políticos, empresarios e incluso integrantes de su propia familia. Macri finalmente fue sobreseído por Sebastián Casanello en 2015.
Mauricio Macri se encuentra en Qatar en el marco de sus funciones como directivo de la FIFA
Oyarbide fue juez federal durante 21 años. Por su despacho pasaron cientos de causas sensibles para el poder político. Dejó la función en abril de 2016, enfrentado con Macri. El ex jefe de Estado decidió aceptarle la dimisión, lo que generó polémica entre quienes creían que el ex magistrado debía ser sometido a un juicio político en virtud de algunas de sus decisiones como juez.
“Hoy le acepto la renuncia a Norberto Oyarbide como juez federal. Lo hago con doble sensación: por un lado tengo alivio porque damos un paso para mejorar la Justicia de nuestro país. Saber que este señor no va a fallar más nos debe dar una gran tranquilidad a todos. Por el otro, comparto la sensación de muchos de las ganas de que pase por el proceso de juicio político que venimos reclamando hace tiempo”, se excusó el líder del PRO.
Y explicó: “El problema es que sabemos que ese es un proceso largo y de resultado incierto, mientras conserva sus fueros impidiendo que lo investiguen judicialmente, y además sigue siendo juez. Por eso decidí dar este paso. Para mí es especialmente difícil porque sufrí en carne propia su discrecionalidad y su arbitrariedad. Pero lo hago con la tranquilidad de saber que estamos dando un paso en la dirección correcta. Un paso más hacia un país con una Justicia verdaderamente independiente”.
Oyarbide fue uno de los dirigentes salpicados por la investigación de los Cuadernos de Corrupción. Sin embargo, el año pasado fue sobreseído por Marcelo Martínez De Giorgi.
En su declaración indagatoria, Oyarbide había señalado que cuando investigó a los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner por el delito de enriquecimiento ilícito, el ex director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) Ricardo Echegaray le llevó a su despacho en Comodoro Py las declaraciones juradas del por entonces matrimonio presidencial. También indicó que varias personas le pidieron que sobreseyera a los Kirchner en esa causa y que entre ellas estaban Fernández –auditor designado por el peronismo– y quien condujo con aval del Gobierno tanto el espionaje como la relación con los tribunales entre 2003 y 2014, el ex director de Contrainteligencia de la SIDE, Antonio “Jaime” Stiuso.
Bonadio había procesado a Oyarbide y a Fernández en septiembre de 2018 como miembros de la asociación ilícita que –según lo que se probó en el expediente– se armó entre ex funcionarios y empresarios para el intercambio de coimas por contratos de obra pública.
Pero la Sala I de la Cámara Federal, en diciembre de 2018, dejó sin efecto aquel procesamiento y ordenó que se los investigara en una causa diferente. Ese caso estuvo a cargo de Martínez De Giorgi y del fiscal Carlos Rívolo.
Un hombre de radio
Oyarbide hizo su estreno como columnista radial el 1° de febrero. Vestido de gala y galera, llegó en un auto de alta gama a los estudios de Radio 10, donde inició su participación en el programa “Fuerte al medio”.
“Vamos a hablar de temas de la vida”, anticipó Oyarbide. El debut fue acompañado con un móvil de televisión en la entrada de la emisora, y lo recibió el propio Coco Sily, quien vistió un barbijo colorido de la comunidad LGBT.
Con 45 años de carrera, Oyarbide se jubiló en 2016 y ejerció como juez federal casi la mitad de su tiempo laboral. En su primera incursión radial, el ex juez brindó por el nuevo proyecto con una botella de champagne. Además contó detalles de su rutina; dice que mantiene el ritmo de cuando trabajaba en el Poder Judicial; se duerme a las 21:30 y despierta a las 3 de la mañana.
Esta mañana tres testigos contestaron las preguntas de los fiscales durante más de ocho horas. La ex empleada del “Diez” aseguró que nunca vio marihuana. “Pero alguna vez sentí que Charly fumaba por el olor”, dijo
La ronda de testimoniales citada para hoy por los fiscales de San Isidro que investigan la muerte de Maradona se extendió por más de ocho horas y contó con tres declaraciones. La más esperada fue la de “Monona”, la cocinera, que ante la Justicia habló de la marihuana y el alcohol que, según se investiga, se le suministraba al astro del fútbol en su casa de Brandsen antes de su internación en la Clínica Olivos.
Además, contó quiénes eran los encargados de darle las pastillas a Diego y qué rol cumplía el famoso “Charly” en su entorno antes de ser echado. También declaró una mujer que acompañaba a Verónica Ojeda y a Dieguito Fernando cuando visitaban al “Diez” y un ex acompañante terapéutico.
“Yo no vi marihuana en la casa de Brandsen pero alguna vez sentí que ´Charly´ fumaba por el olor, pero no estoy segura, lo supongo. En alguna de las veces que salía al patio a fumar me pareció que podía ser eso”, dijo Romina Milagros Rodríguez, conocida en el círculo íntimo de Maradona como “Monona”.
Con respecto a este tema señaló también que a pesar de que sólo tenía sospechas, dio aviso de lo que pasaba: “Yo le dije a Taffa y a Maxi”, aclaró. Se refiriere a Nicolás Taffarel, el kinesiólogo de Maradona investigado por ejercer sin matrícula, y a Maximiliano Pomargo, cuñado de Matías Morla y mano derecha de Diego.
En cuanto al alcohol, uno de los temas que surge de la pericia telefónica difundida por Infobae, “Monona” fue un poco más precisa: “En la casa no había alcohol pero si Diego pedía, alguien iba y se lo conseguía. Casi siempre era cerveza. A veces venían algunos amigos que traían vino y también tomaba. Siempre hablando de Brandsen, de Campos de Roca”.
La aclaración final de la mujer es fundamental para los fiscales porque, si bien se están investigando los últimos meses de vida de Maradona, donde se pone especial énfasis en lo ocurrido en la “internación domiciliaria” del barrio San Andrés de Tigre. En ninguna de las declaraciones de hoy surge que Maradona haya tomado alcohol o fumado marihuana en ese domicilio.
Otro de los temas en los cuales los fiscales Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, encargados de tomar las declaraciones, hicieron hincapié al hablar con “Monona” fue el suministro de las pastillas psiquiátricas. Puntualmente querían saber quiénes eran los encargados de llevarle la medicación a Maradona a su habitación.
Griselda Morel, psicopedagoga de Dieguito Fernando
“En un momento se las daba ´Charly´ y cuando él se fue se las daba Johnny, su sobrino, junto a algún enfermero. Siempre eran dos los que entraban a la habitación”, explicó la cocinera sobre la medicación, según la reconstrucción realizada por Infobae.
En su primera testimonial, realizada el mismo día de la muerte de Maradona, “Monona” había dicho que la psiquiatra Agustina Cosachov junto a un enfermero le había realizado las tareas de reanimación a Diego. Sin embargo, en declaraciones en los medios, la mujer cambió su versión y contó que en realidad le habían pedido a ella que le hiciera respiración boca a boca a Maradona. Ante la contradicción, los fiscales volvieron a insistir sobre el punto y finalmente la mujer reafirmó lo dicho el 25 de noviembre. Es decir, que fueron los profesionales de salud los que intentaron reanimar a Diego.
La otra testigo citada para hoy en la Fiscalía General de San Isidro fue Griselda Vanesa Morel, técnica en salud psicomotricista, que acompañaba a Verónica Ojeda a ver a Diego junto a su hijo Diego Fernando. Ante las preguntas de los investigadores, la mujer dijo no haber visto a Maradona fumar marihuana aunque aclaró que recordaba el episodio en el que la ex de Diego había encontrado marihuana picada en la casa de Brandsen.
Carlos Cottaro al momento de ingresar a declarar
El tercero en pasar por los despachos de la fiscalía fue Carlos Cottaro, ex acompañante terapéutico en los últimos meses de vida de Maradona, que declaró en la misma línea que las mujeres que los precedieron.
En cuanto al resto de la investigación, la semana que viene se avanzará en la recopilación y la transcripción de chats y audios surgidos de las pericias que los fiscales volcaran en un informe voluminoso que se confecciona para el momento en el que se realicen los llamados a indagatoria.