Históricamente los magistrados admitieron la declaración de emergencia como una base para la suspensión de derechos, aunque hicieron excepciones cuando se trataba de ingresos alimentarios. En este caso, quienes reciben la mínima están por encima de la fórmula anterior y vienen además de recibir dos bonos de 5.000 pesos. Pero están los jubilados o pensionados que ganan 25.000 o 30.000 pesos que pueden alegar que están en situación de crisis alimentaria y que ese cuadro es muy distinto al que afrontan los que perciben 100.000 o 200.000 pesos.

Todo indica, igualmente, que se terminarán diluyendo las acciones cuando el Congreso vote una nueva fórmula, porque el decreto rige sólo por tres meses. La batalla de fondo se dará entonces a partir de junio y el diagnóstico es que las controversias continuarán.