De acuerdo a los datos que se conocen, una amplia mayoría de quienes perciben pensiones por discapacidad pertenecen a la franja social de mayor vulnerabilidad económica e, incluso, buena parte de ellos son menores de edad. Al hacerse cargo de la Agencia Nacional de Discapacidad, igual que en otras oficinas, las nuevas autoridades se encontraron con una situación de abandono y retraso de varios meses en los trámites que ya debían estar concluidos.