El desbaratamiento de Salud comenzó con la decisión del presidente Mauricio Macri de liquidar el Ministerio para degradarlo al nivel de Secretaría dentro de la cartera que conduce Carolina Stanley y que fue rebautizado Ministerio de Salud y Desarrollo Social.
Sólo el 0,8% del PBI del próximo año será destinado a Salud mientras que el 14,86% del Presupuesto se utilizará para pagar servicios de la descomunal deuda externa, asumida en los últimos dos años y medio.
Aunque nominalmente el monto destinado a Salud es mayor que el presupuestado en 2018, el próximo año los fondos que llegarán al área serán menores en términos reales ya que no crecieron al mismo ritmo que la inflación, por lo que rendirán todavía menos.
Ello puede verse en los recortes que ya se anticipan en algunos sectores del área. Por ejemplo, los recursos que se girarán el próximo año a “Atención de la Madre y el Niño” -reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud materna- son un 26,69% inferiores a los de este año en términos nominales.
Sin embargo, el recorte es aún mayor ya que esos fondos rinden menos por la desbandada de la inflación que se prevé estará en torno al 40% a fin de 2018, por lo que el ajuste real supera el 60%.
Foto, Sandra Hernández, GCBA.
Las erogaciones para la “Lucha contra el SIDA y enfermedades de transmisión sexual e infectocontagiosas”crecerán un 35,52%, es decir, por debajo de la inflación, lo que implica también un recorte en torno al 10%.
El feroz ajuste se siente en otros sectores como “Investigación para la prevención y control de enfermedades tropicales y subtropicales -Dengue, Zica-” (-8,60% en términos nominales, ajuste real del 50%); y en el “Instituto Nacional del Cáncer”, que caerán los recursos un 64,77% en términos nominales, un recorte real del 104%.
Pero el Presupuesto 2019 hace un especial recorte en todo lo que tiene que ver con la presencia del Estado en las zonas donde viven las poblaciones más pobres.
Por ejemplo, los montos para “Desarrollo de Estrategias en Salud Familiar y Comunitaria” -fortalece la atención primaria de salud en Catamarca, Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán, Corrientes, Chaco y Misiones-se reducirán un 41,54% nominal, lo que será un ajuste final superior al 81%.
También recortarán en un 20,57% (más del 60% en términos reales) los recursos al programa “Atención Sanitaria en el Territorio”, es decir, a las unidades sanitarias móviles. Este plan ya había sido uno de los más afectados este año, y se volverá a resentir muy fuerte en 2019 donde se prevén realizar miles de controles de salud menos, quitar puestos sociosanitarios, y las cirugías de cataratas bajarán abruptamente.
En tanto, la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, creada por ley en diciembre de 2014, también sufrirá un fuerte recorte del 28,83%, que se traducirá en el 70% menos de recursosteniendo en cuenta la inflación de fin de año que será entorno al 42% según reconoció el propio Gobierno.
Los fondos destinados al Hospital Posadas -que está sufriendo una terrible crisis por la ola de despidos y el vaciamiento de sectores clave de atención– por ejemplo crecerán en términos nominales un 11,45% pero caerán en términos reales una vez que se le aplique la inflación acumulada de 2018. Por lo tanto, la caída real será del 30% aproximadamente.
Protesta en el Hospital Posadas tras los despidos.
Algunas pocas áreas, por el contrario, verán crecer sus partidas. Los fondos destinados a “Prevención y Control de Enfermedades inmunoprevenibles” -vacunas- subirán 149% en términos nominales, casi el doble en términos reales una vez descontada la inflación.
También aumentará el dinero para “Desarrollo de la Salud Sexual y la Procreación Responsable”, un 128% en términos nominales así como la “Cobertura Universal de Salud – Medicamentos” –ex programa Remediar- (195%) aunque con una canasta básica de menos insumos, subsidiando la demanda.