Todo ese análisis demuestra que, en el caso de Florencia, la insistencia de algunos medios es sólo presión sobre Cristina. No hay ninguna razón procesal que requiera a la hija de la vicepresidenta en la Argentina en 2020 y posiblemente tampoco en 2021. Por lo que se trata de pura persecución política. Todo eso más allá de que Florencia tenía 12 años cuando se constituyeron las sociedades, nunca firmó ningún contrato y nunca cobró ningún cheque de los alquileres. Es parte de Los Sauces y Hotesur porque heredó las acciones después de la muerte de su padre y por fallo de un magistrado en el juicio sucesorio.

Este último punto es de máxima importancia porque se está extendiendo un criterio en Comodoro Py: no tiene razón de ser imputar a accionistas o a personas que no fueron gerentes o directivos con mando en una empresa, porque no tuvieron el control, no firmaron, no tomaron las decisiones. Y Florencia está, precisamente, en esa situación.