“Luis, Leo y yo, nos conocemos, ya cenamos juntos y nuestra relación solo puede progresar con el tiempo. Es obvio que lo que puede suceder en el césped solo puede ayudarnos a sentirnos cómodos cuando jugamos”, agregó.
Al mismo tiempo, se deshizo de elogios hacia “La Pulga”: “Es un jugador que nunca volveremos a ver en los próximos 40 años. Solo podemos disfrutar de su fútbol, ya sea su compañero de equipo, los espectadores en las gradas o su entrenador porque lo que hace con el balón es increíble, es una delicia verlo jugar como jugar a su lado”.
En cuanto a su presente, un tanto irregular y en el que aun no se ha adaptado al juego, el futbolista de 26 años consideró: “Trato de aprender y entender cómo juegan mis compañeros de equipo. Todos son nuevos para mí. No controlo las carreras de Luis Suárez, Messi y Ousmane Dembélé, los centrocampistas o mi lateral izquierdo. Trato de entender lo más rápido posible porque el equipo me necesita, pero a veces es difícil. Cuando tengo el balón, me falta confianza para pasar, para disparar a la portería, pero llegará con el tiempo”.
Sobre su salida del Atlético de Madrid, equipo en el que estuvo durante cinco temporadas, Griezmann aseguró que, “no abandoné el Atlético para ganar la UEFA Champions League o para ganar más trofeos. Vine aquí para aprender un nuevo estilo de juego, para adoptar una nueva filosofía y tratar de mejorar y aprender cosas a nivel personal.
Finalmente, después de rechazar en una primer instancia al Barcelona (Antes del inicio del Mundial 2018, realizó un documental en el que informaba que se iba a quedar en el “Aleti”), llegó a la ciudad condal: “El objetivo era realmente aprender un nuevo estilo de juego en un club que diseña el fútbol de una manera diferente. Mi objetivo era aprender algo nuevo porque no hay duda de que Atleti puede ganar la liga española y la UEFA Champions League en cualquier momento”.