Lo elaboró la Oficina de Presupuesto del Congreso. El de las FFAA es responsable del 33% del déficit total del sistema jubilatorio y el de los maestros del 25%.
Un Informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso ( OPC) pone en la mira los regímenes jubilatorios especiales, en particular el de los docentes nacionales, Luz y Fuerza y Fuerzas Armadas y de Seguridad.
Es que aunque arranca con el impacto fiscal de los regímenes del Poder Judicial y del Servicio Exterior, el informe analiza la incidencia en el gasto y en el déficit total de todos los sistemas especiales, que incluye a los docentes, docentes universitarios, investigadores científicos, Luz y Fuerza, YCF y Fuerzas Armadas y de Seguridad.
El Informe es un antecedente para el análisis de estos regímenes por parte “de la Comisión integrada por representantes del Ministerio de Economía, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y miembros de las comisiones del Congreso de la Nación competentes en la materia, para que en el plazo de 180 días, revise la sustentabilidad económica, financiera y actuarial y proponga al Congreso de la Nación las modificaciones que considere pertinentes relativas a la movilidad o actualización de los regímenes especiales”, según marca la ley de Emergencia y Solidaridad aprobada a fines de diciembre.
El Informe dice que, sin las FF.AA y de Seguridad, “en relación a la participación en el total del gasto previsional administrado por la ANSeS, se observa que los regímenes especiales concentran el 9,7% del gasto mensual y el 3,2% de los beneficios”.
El Estudio de la OPC señala que por “la normativa vigente se estima para 2020 un déficit de $10.886 millones para el régimen jubilatorio del Poder Judicial y de $2.347 millones para el del Servicio Exterior”, que representan ambos el 2,5% del déficit previsional contributivo puro, equivalente al 0,03% del PBI. Es que aunque cobran jubilaciones altísimas – el Poder Judicial de $ 272.099 de haber medio y de $ 352.798 el Servicio Exterior, esos valores lo cobran 7.700 beneficiarios.
Se denomina “ déficit puro” porque, por el lado de los ingresos, no se consideran los ingresos provenientes de impuestos sino exclusivamente los aportes y contribuciones directos de empleados y empleadores.