Pobres nuestros chicos, pobres de ellos. Como profesional de la salud, pero más aún como padre que soy, me preocupa y me duelen estos debates circulares que no conducen a ningún lado.
En septiembre comenzará una prueba piloto de una modalidad de Servicio Cívico Voluntario en Valores para jóvenes de entre 16 y 20 años que ni estudian ni trabajan. El foco estará puesto en la capacitación y formación de oficios sin darles instrucción militar. No obstante, los escenarios donde se desarrollarán serán instalaciones militares y las capacitaciones en principio estarán a cargo de personal de las fuerzas, Gendarmería específicamente.
El problema no es que exista un servicio cívico voluntario. El problema es que esta instancia sea pensada como alternativa o respuesta a la problemática de los Ni-Ni (ni estudian ni trabajan). Chicos a punto de caerse del sistema si es que ya no lo hicieron por ausencia del Estado o inoperancia y/o abandono, o imposibilidad de los padres. Y ahí se quedan, detenidos en el pasaje de la adolescencia a la adultez.