Lleva más de dos años al frente del club. Se despide ante Unión.
Gabriel Heinze se va de Vélez. El entrenador anunció en la conferencia de prensa de este viernes que el próximo lunes en Santa Fe ante Unión dirigirá su último partido en la institución. De esta manera completará la Superliga pero se irá antes del inicio de la Copa Superliga.
El conjunto de Liniers es uno de los terceros del campeonato, detrás e ir y Boca; tiene 36 unidades, al igual que Lanús, Racing y Argentinos.
“El día lunes va a ser mi último partido al frente a esta institución. Este club se lleva un pedacito de mi corazón. Vélez me dio mucho más de lo que yo pude darle. Por eso se termina este ciclo que voy a llevar conmigo. Le doy gracias a toda la gente del club”, dijo el Gringo.
De la mano de Heinze, Vélez vivió varios altibajos pero su ciclo supo potenciar a futbolistas juveniles, imprimirle un estilo ofensivo al equipo y dejar atrás los problemas con el promedio.
En sus últimas declaraciones públicas, el DT se había manifestado molesto por la venta de Gastón Giménez a la MLS y cuestionó a los dirigentes por haber acordado la transferencia en medio del campeonato.
“Siempre fui de cumplir los contratos, pero ahora se termina un campeonato. Estos son los momentos más jodidos desde que llegué. Le agradezco a Pablo Cavallero por traerme, a Miguel Calello, el presidente de entonces. No quiero empezar a dar las razones, todos las sabemos. Di todo lo que tenía, con errores, pero siempre pensé lo mejor para Vélez”, apuntó el entrenador.
Ante la sorpresa de los presentes con la decisión, el DT aseguró que ya venía analizando esta posibilidad: “No se toman decisiones de un día al otro, se va elaborando, se va sintiendo. Las formas… No se puede estar tan dispares con gente de los cargos muy importantes, por eso vos vas haciendo todo es análisis. No es de un día para el otro. La verdad ya la saben. Después cada uno va a declarar o decir para lo que le conviene de toda esta decisión mía, por beneficios propios o de algo, pero el libro está escrito de estos dos años. Puede gustar un poco menos, pero ya está. Lo que se hizo y lo que uno vino a darle a al institución… Por eso ya no vale la pena. Las cosas que tenía que decir a la persona que se las tenía que decir se las dije en la cara”.