El Tribunal no hizo lugar a la solicitud de descalificación del club de Núñez por los incidentes ocurridos en el Monumental antes de la revancha de 2018. Y ratificó el título obtenido por el equipo de Gallardo en Madrid, tras vencer 3-1.
Cuatrocientos treinta y siete días después de aquella frustrada final de la Copa Libertadores que River y Boca debían disputar en el Monumental, que se suspendió por el ataque al micro que trasladaba a la delegación visitante y que terminó jugándose en Madrid, el Tribunal de Arbitraje Deportivo decidió no hacer lugar al reclamo del club de la Ribera y mantuvo el resultado deportivo de esa serie que consagró al Millonario, al que sancionó con dos partidos a puertas cerradas en la próxima edición del torneo continental, es decir que -sumando la sanción de la Conmebol por arrojar bengalas en la edición pasada- el equipo de Gallardo deberá jugar toda la fase de grupos de este año sin público en el Monumental .
Con la firma del presidente del Tribunal, el italiano Massimo Coccia, al pie de una resolución de 46 páginas, el TAS no sorprendió con su decisión y mantuvo los criterios que habían primado en la Confederación Sudamericana de Fútbol al momento de resolver el diferendo entre los dos gigantes del fútbol argentino.
El TAS consideró que River había violado el artículo 8 del Reglamento Disciplinario de la Conmebol, que establece que “los clubes son responsables de la seguridad y del orden tanto en el interior como en las inmediaciones del estadio, antes, durante y después del partido del cual sean anfitriones u organizadores”, y también el artículo 13.2, que castiga “el lanzamiento de objetos”, tal como ocurrió contra el micro de Boca.
Como consecuencia de ello, consideró que debía castigarse a River de acuerdo con lo establecido en el inciso h del artículo 18.1 del Reglamento Disciplinario de Conmebol, que establece la obligación de jugar uno o más partidos a puertas cerradas. En este caso, se fijó la cantidad en dos encuentros, tal como oportunamente había hecho la Conmebol.