Pachter es el periodista que la noche del 18 de enero de 2015 publicó la primicia de la muerte de Nisman. “Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del fiscal“, aseguró en un primer mensaje. Y minutos más tarde confirmó la noticia que conmocionó a todo el país: “Encontraron al fiscal Alberto Nisman en el baño de su casa de Puerto Madero sobre un charco de sangre. No respiraba. Los médicos están allí“.
La denuncia por encubrimiento planteada por Nisman antes de su muerte casi queda en la nada. Es que varios jueces habían desestimado la presentación. Sin embargo, un fallo de los magistrados de la Cámara de Casación Mariano Borinsky y Gustavo Hornos logró reactivar la causa, que actualmente tiene procesada y con pedido de prisión preventiva a la ex presidenta Cristina Kirchner.
La ex jefa de Estado es senadora de la Nación y para que proceda su detención es necesario que el Congreso vote su desafuero. Hasta ahora, todos los intentos del oficialismo para avanzar con este trámite fueron frenados por el peronismo, que conserva la mayoría en la Cámara Alta.
En el mismo informe publicado esta mañana por la cadena de noticias, Pachter entrevistó a Shabtai Shavit, director general del Mossad entre 1989 y 1996, quien coincidió con la visión de que Nisman fue asesinado, pero lo vinculó a cuestiones locales y no a servicios de inteligencia internacionales.
Hoy la Justicia argentina tiene varias incógnitas no resueltas sobre la muerte del fiscal. Espera informes y pericias que serán determinantes para el desenlace de la investigación. Hay cinco personas imputadas, sólo una de ellas sospechada de haber sido partícipe necesario del crimen. Es Diego Lagomarsino, el asesor informático que dijo que le prestó un arma a Nisman para defender a sus hijas. De esa pistola bersa salió la bala que terminó con la vida del fiscal; aún no se sabe quién la gatilló.