Un dolor que se manifiesta en las miradas, en las charlas en voz baja, en los abrazos interminables de muchas personas que visten delantales blancos. Los vecinos y colegas de la escuela 49, que esta mañana estalló por un desperfecto en la conexión del gas, conocen bien a Sandra Calamano, la vicedirectora de 48 años que tenía a cargo la institución; y también a Rubén Rodríguez, uno de los auxiliares de 49 años que se desempeñaba como portero y como profesor de carpintería.