Hace 15 años la Justicia neuquina condenó a Carlos Bernardo Soñé (43) a 30 años de prisión por las atrocidades cometidas contra el hijo de tres años de su pareja, Patricia Alonso. Esta semana un tribunal provincial lo autorizó a tener salidas laborales que lo devolverán a la libertad bajo ciertas condiciones. Las pericias psicológicas insisten en que Soñé es un “psicópata” y una persona peligrosa.
Como en todos estos años tras las rejas, Soñé ni sus abogados lograron que el sistema carcelario se lo someta a una terapia que ayude a su calidad de vida y psiquis, sus familiares contrataron a un terapeuta desatando la polémica en Neuquén. Mentalmente listo o no, en breve, Soñé recuperará parte de sus derechos y lo hará parcialmente en libertad.
En la madrugada del 1° de noviembre de 2002, Soñé llegó al hospital de Cutral Co con el cuerpo inerte del pequeño Franco. Un rato antes, en el marco de un violenta discusión con Alonso, el hombre había bañado al menor en la humilde propiedad que habitaban juntos en el Parque Industrial de la localidad petrolera.
Al ingresar al centro de salud, Soñé y Alonso explicaron a los médicos que el chico había sido atacado por perros, pero el examen reveló que su cuerpo tenía mordeduras humanas, quemaduras de cigarrillos, un golpe en el vientre que le había provocado un desgarro y evidencias de haber sido violado.
El chico, en verdad, falleció a consecuencia de una peritonitis que acarreaba desde hacía dos o tres días y que no fue atendida. Su madre y su pareja no hicieron caso a la fiebre, los vómitos, la inapetencia y el continuo dolor que manifestaba el niño. Lo dejaron a su suerte.
La sospecha que rondó el caso fue que la peritonitis derivó de una agresión de su padrastro. Aunque Soñé no terminó siendo acusado de homicidio puesto que esto no se pudo comprobar.
Los análisis posteriores indicaron que la madrugada en que lo trasladaron al hospital llevaba entre 3 y 6 horas muerto. Soñé probablemente lo bañó para borrar rastros de un último abuso, especuló el fiscal de la Cámara Multifueros de Zapala, Héctor Carlos Trova.
El 6 de mayo de 2004, el hombre fue condenado a 30 años de prisión, una cifra inédita en Neuquén, por abuso sexual agravado y abandono de persona, y la mujer a 16 años que ya cumplió.
Los psiquiatras que entrevistaron a Soñé lo describieron como un “psicópata perverso” y los informes del Gabinete Técnico Criminológico (GTC) determinaron, en distintos momentos de su condena, que no estaba apto para volver a la sociedad.
Con 15 años de pena cumplida, el Tribunal de Impugnación neuquino, le permitió en mayo de 2017 las salidas condicionales de 12 horas y bajo vigilancia a casa de su madre, una vez por semana. Un policía suple la falta de tobilleras que padece la provincia.
Bernardo Carlos Soñé en la audiencia
Esta semana el mismo tribunal, compuesto por los jueces Federico Sommer, Liliana Deiub y Héctor Rimaro, le otorgó un régimen de semilibertad o salidas labores tomando nota de que en casi dos años el hombre no tuvo problemas en el exterior.
Como sus reiterados pedidos de obtener tratamiento psicológico no tuvieron resultados, desde hace cuatro meses la familia de Soñé paga una terapia con un psicólogo particular. Los especialistas del GTC advirtieron que no es adecuado a sus necesidades aunque tampoco han ofrecido otra alternativa.
“Es el Estado el que tiene la obligación de proporcionar tratamiento a las personas que permanecen en prisión. Pero el Estado no lo proporciona a la vez que lo exige y esto tiene que pensarse porque las personas finalmente un día van a salir de prisión”, le dijo a Clarín la abogada de Soñé, Melina. “La familia le proporcionó un psicólogo particular a Soñé para que haga un tratamiento, pero no hay una pauta, el Estado no entrega ninguna sobre cuál debe ser ese tratamiento porque tampoco lo tiene. Él lo hizo de forma voluntaria demostrando que quiere hacer algo para mejorar”, indicó Pozzer.
Desde la fiscalía neuquina opinan distinto. “Me parece pésimo que suplante al Estado y tenga que contratar a un psicólogo, pero además de haber hecho eso, el informe del gabinete le dio mal, quiere decir que no está apto”, señaló el fiscal jefe Maximiliano Breide Obeid a Río Negro. “El informe del gabinete técnico criminológico tiene que dar bien”, subrayó.
Por su lado, los magistrados apuntaron a las falencias del sistema de tratamiento e informes al que fue sometido Soñé en estos años. “Hacer justicia no es sinónimo de hacer cumplir a rajatabla la letra de la ley, sino también dar una mayor fundamentación de por qué no está cumplido el requisito del informe criminológico favorable, y aquí hay que reconocer que hay un gran déficit del Estado en no suministrar tanto a Soñé como a tantas otras personas privadas de libertad el tratamiento necesario”, fundamentó el juez Rimaro.
“Soñé lleva un año y nueve meses de salidas de 12 horas sin problemas, lo cual demuestra que el informe negativo no estaba acertado. Tampoco podemos irnos al extremo de que por un informe negativo vamos a seguir negando derechos”, destacó el magistrado.
En la audiencia Soñé reclamó por terapia y exámenes más rigurosos. “A mí me dejaron tirado como en un depósito. En todos los años que llevo preso el gabinete criminológico me vio cuatro veces, diez o quince minutos”.
Una vez que se implemente la forma y los horarios en que dejará la Unidad 11, donde se encuentra retenido, Soñé recuperará la oportunidad de desarrollar una actividad extra muros. Su abogada explicó que trabajará en un espacio donde no tenga contacto con niños ni público en general. “Pueden ser 7 ocho horas o menos incluso”, detalló.
El ex productor hollywoodense deberá cumplir la pena por dos delitos de agresión sexual. Aún deberá enfrentar en California otro proceso por abusos contra dos mujeres.
El ex productor hollywoodense Harvey Weinstein deberá pasar 23 años en prisión, resolvió el juez James Burke, quien estableció la pena por los delitos de agresión sexual y violación contra dos mujeres, de los que un jurado lo había declarado culpable.
La sentencia fue leída en los tribunales de Nueva York, donde el 24 de febrero finalizó el juicio oral que lo determinó culpable de delitos por los cuales podría haber tenido una pena mínima de 6 años y una máxima de 29. “Es tiempo de que las personas que violaron a otras personas paguen con su vida la vida ajena que se llevaron”, declaró Miriam Haley, una de las dos denunciantes en la causa por la que fue condenado, luego de conocida la decisión del juez.
El ex productor hollywoodense aún debe enfrentar otro juicio por denuncias radicadas en el juzgado de California, un proceso que aún no tiene fecha de inicio establecida. En esa causa, la fiscalía de Los Ángeles acusa a Weinstein por agresión sexual contra dos modelos.
Casi un mes de audiencias
El juicio por las acusaciones de abuso sexual y violación contra Weinstein, que se llevó a cabo durante casi un mes, culminó con la decisión del jurado, seleccionado por el tribunal de Nueva York que llevó adelante el primer debate oral tras las denuncias.
La condena del ex productor y cabeza del estudio cinematográfico Miramax es resultado de las denuncias que comenzaron con el movimiento #MeToo, a través del cual mujeres de la industria cinematográfica se animaron a hacer públicas situaciones de acoso y agresión sexual. Durante la lectura del veredicto estuvieron presentes, además de las dos principales denunciantes en esta causa, las actrices Annabella Sciorra, Dawn Dunning, Tarale Wulff y Lauren Young.
Por su parte, la defensa, encabezada por Donna Rotunno, había pedido una pena de 5 años.
Este miércoles, luego de los trámites administrativos, el ex productor será trasladado a una prisión ubicada en Upstate Nueva York.
Para el Cuerpo Médico Forense, la actriz que acusó por abuso sexual al actor habría mentido en sus declaraciones.
Este jueves se conoció el resultado de la pericia psicológica a Érika Basile (34), la mujer que denunció a Pablo Rago por abuso sexual. Y el resultado fue negativo, según el análisis del Cuerpo Médico Forense.
En enero, el actor fue imputado por “abuso sexual gravemente ultrajante por acceso carnal” tras la denuncia que realizó la actriz en diciembre pasado. El hecho habría ocurrido en 2015.
Basile había relatado en su denuncia que conoció al actor en 2013, en un rodaje en Canal 9, y que comenzaron una relación. “Había buena onda”, confirmó la actriz, madre de cuatro hijos.
En 2015, en tanto, Basile aceptó concurrir al domicilio del actor para mantener un encuentro íntimo en el que, según la denuncia, Rago tuvo prácticas que ella no consintió. Como consecuencia del episodio, Basile aseguró padecer “ataques de pánico”.
Rago nunca había hablado al respecto y contratado a Fernando Burlando para que lo defienda.
Tras sus declaraciones, la Justicia ordenó que el Cuerpo Médico Forense realice una pericia psicológica para determinar si existía un trauma derivado del episodio denunciado. La medida de prueba fue ordenada por el Juzgado Criminal y Correccional 54, a cargo de Walter Candela. Y ahora se conocieron los resultados.
En diálogo con Clarín, el perito psicológico de parte Alejandro Lafitte, quien acompañó a Basile en este proceso, sostuvo que “según la licenciada Mónica Herrán se determinó que no hay abuso sexual y no hay maltrato de género”.
Sin embargo, remarcó que la pericia “no fue perfecta” ya que “salieron bastantes ítems que no han sido buenos”, y que no pudo detallar por una cuestión de “secreto profesional”. “Habrá que revisar uno por uno otra vez. Y ver cuáles van a ser los pasos a seguir”, explicó.
A partir de ahora, el trabajo de Lafitte será “revisar todos los puntos que no le han salido bien a Basile y relacionar estos con los acontecimientos denunciados por ella”.
Érika Basile había realizado primero una denuncia mediática en el ciclo “El show del espectáculo”, conducido por Ulises Jaitt.
La joven actriz tendría “ciertas y determinadas cosas que marcan que no está pasando un buen momento”. Y restaría determinar “si esto tiene que ver o no con lo que ella dijo sobre Pablo Rago”.
“Firmé en disconformidad porque hay una serie de puntos psicológicos que no se tomaron en cuenta para redactar el informe final”, sentenció.
Tras los resultados, Basile no habló con la prensa. De hecho, hoy ni siquiera fue a buscar el informe con su perito. Optó por quedarse en su casa porque, según sus allegados, le cuesta mucho salir.
La pericia se había llevado a cabo en dos etapas en las últimas dos semanas. Según pudo saber este diario, le realizaron una entrevista abierta (en la que ella cuenta lo que desea, sin ser interrumpida) y una semipautada, con preguntas de la perito.
Luego le tomaron test proyecticos, en los que se pone énfasis en la parte inconsciente para que esta aflore y ahí se logre determinar si hubo o no abuso y evaluar cuestiones de índole psicológicas y psiquiátricas.
Daniela, mamá de la víctima del prófugo Leandro Martínez, relata su experiencia
“Apenas vi los videos me salió un grito de dolor pero no desde la garganta sino de las entrañas”, dice Daniela, la mamá de la nena de 12 años filmada mientras el contador Leandro Martínez, parte de su familia y el hombre al que llamaba tío, la manoseaba en su casa de Morón. Daniela llora y se angustia cuando piensa en el coraje que tuvo su hija, dice ella, para mostrarle a todos lo que sufrió, al menos cuatro hechos que el fiscal Pablo Masterrer le imputa a Martínez, hoy prófugo de la Justicia con un pedido de captura en su contra por el delito de abuso sexual simple a una menor.
“Me emociono por la valentía que tuvo mi hija de hacer lo que hizo. Me acuerdo del momento en que hablé con ella después de ver los videos y te juro que me quede en shock. No supe qué decirle a mi nena. Sentía bronca, impotencia, de todo. Fue un dolor inmenso porque el culpable era parte de nuestra familia. Mi hija entró a su casamiento tirando pétalos de rosa y él le hizo ésto”, dice Daniela mientras toma un café en diálogo con Infobae.
Para la mamá de V., hablar del tema es difícil, le hace mal. Por el estrés que vivió al ver los videos la semana pasado sufrió un ataque isquémico transitorio por la que fue internada varios días. Junto al papá de la nena, al principio, evitaron hacer público el caso para resguardar a la menor pero al ver que Martínez se mantiene prófugo hace casi un mes decidieron hacerlo público.
“Estoy acá para hablar del tema por la valentía de mi hija”, insiste: “Si ella tuvo el coraje para grabar cómo estaba siendo abusada yo tengo que hacer lo mismo de mi lado y denunciarlo para que todos sepan lo que está sucediendo. Martínez tiene los medios económicos como para estar fugado y, además, tiene muchas influencias en la zona de Morón”, asegura. “Teníamos una relación muy cercana. Siempre fuimos una familia muy unida. Mi hija se quedó a dormir muchas veces en la casa de ellos. Eramos eso, una familia”, recuerda.
-¿Cuál fue el primer indicio que tuvieron de que algo malo pasaba con su hija?
-Un día, cuando viene a mi casa la mama de una compañerita de mi hija, diciéndome que entre las nenas se habían mandado mensajes y había un mensaje, un audio de mi nena en el cual describía una situación bastante grave. En ese mensaje mi hija describía un abuso con mucho detalle. La mamá me pregunta si la nena estaba conmigo y le digo que V. estaba con su tío, Leandro Martínez. Esto fue en enero de 2018. Fue la primera vez que nos enteramos que eso pasaba.
-¿Qué hiciste en ese momento? ¿Fuiste a hablar con Martínez?
-No. Fuimos a hablar con la mamá de la esposa del abusador, que vive al lado de mi casa. Ahí le comentamos lo que había pasado. Ella nos dijo que no podía ser, que era una locura. Después nos pidió que no le digamos nada a la mujer de él porque estaba embarazada y ya había perdido otros embarazos. Nos pidió por el bebito que iba a nacer que no hagamos nada. Automáticamente fuimos a buscar a la nena y nos la llevamos de ahí. Decidimos no hacer la denuncia.
¿Cuándo hablaron por primera vez con tu hija de lo que se habían enterado?
-En ese momento mismo momento hablamos con la nena, y por supuesto que le creímos, pero al ser algo tan delicado necesitábamos tener la veracidad del caso con lo cual pedimos ayuda a una psicóloga. Ella estuvo mucho tiempo en sesiones.
-¿Cortaron el vinculo con el tío?
-Prohibimos totalmente cualquier tipo de acercamiento o contacto a solas. Sí lo seguíamos viendo en reuniones familiares. Un cumpleaños, casamientos. Éramos una familia unida. Nos juntábamos mucho a comer y ahí si se veían pero a solas nunca. Igualmente nos enteramos después que también aprovechaba a tocar a la nena como se ve en el video.
-¿En los propios cumpleaños? ¿Ustedes nunca lo notaron?
-Nosotros estábamos súper atentos pero cuando nos descuidábamos un poco lo hacía. Por ejemplo, mientras mi marido cerraba la puerta del comedor y se distraía una fracción de segundo él aprovechaba para tocar a la nena. Creo que él disfrutaba eso de tener a la familia cerca mientras lo hacía.
-¿No era una situación extraña seguir viendo al hombre que la nena decía que la abusaba?
-Si claro, pero era una situación muy complicada. No teníamos los elementos suficientes para hacer una denuncia. Igualmente estábamos con los ojos bien abiertos y atentos a lo que pasaba. Para nosotros como familia fue muy difícil aceptar algo así.
Daniela y su abogado querellante, Juan Pablo Gallego
V., dice su madre, decidió exponer ella misma a su abusador, con un paseo por la casa familiar donde había cámaras instaladas. Fue el 15 de diciembre del año pasado poco antes de las 18 horas, una secuencia de video de dos minutos y medio que ya está incorporado en el expediente de la UFI Nº11.
Luego de que los padres de V. vieron el video en el que se observa que Leandro Martinez manosea a la nena, el padre de la menor radicó la denuncia. Tras una serie de medidas, el fiscal Pablo Masferrer ordenó la detención de Martínez y el allanamiento a su casa en el barrio cerrado Weston de Moreno.
Desde ese momento se encuentra prófugo de la justicia. Juan Pablo Gallego, abogado de la familia, dice a Infobae que el hombre tiene los recursos suficientes como para escaparse y hasta irse del país: “No solo tiene dinero sino que cuenta con contactos en la justicia y en distintos ámbitos. Trabajó en una multinacional con sede en distintos países. No nos extrañaría que le avisen de cada una de las diligencias judiciales que se van efectuando”.
Mientras todo esto pasa en Tribunales, V., diagnosticada con un retraso madurativo moderado, tiene que seguir adelante con su vida, alejada de sus primos y de casi toda su familia. “Está muy mal. Ante cualquier cosa se emociona. La encontramos llorando. La verdad que la está pasando muy feo pero es una nena muy fuerte”. Se espera, por otra parte, que se produzca una de las pruebas claves del caso, su declaración en cámara Gesell: “Va a ser duro para ella rememorar todo. Pero quiere ir. Quiere contarlo. El otro día me dijo: ‘Mamá, quiero explicarle al juez todo lo que me paso’”.