Aquí aprovechó para resaltar que “ser presidente fue un honor y una responsabilidad inmensa” y recordó: “Intenté en todo momento estar al servicio de todos, buscando la mejor manera de resolver nuestros problemas, lo más antiguos y los más nuevos. Quise escuchar todos los puntos de vista. Para elegir el mejor y evitar equivocarme. Y cuando me equivoqué busqué corregir mis errores lo más rápido posible. Y siempre les dije la verdad como debe ser en esta Argentina que estamos construyendo”.
“Ya no hay lugar para liderazgos mesiánicos. Vivimos cuatro años de libertad total de expresión y de prensa. Sin guerra contra el periodismo ni ataques del gobierno a quienes piensan distinto. Es un logro colectivo que nos merecemos mantener. En estos años, jamás critiqué a un periodista ni desmentí una información que me pareció incorrecta”, completó en lo que pareció un mensaje para los años que vienen.
Como muchas veces durante sus actos de gobierno, Macri destacó lo realizado en energía e infraestructura: “Habíamos pasado de ser un país exportador a uno importador, había cortes de luz recurrentes y casi no existían las renovables. Todos esos problemas están arreglados. En 2015 los argentinos pagaban el 15% de sus facturas de gas y hoy el 80%. Este año volvimos a exportar gas y tenemos equilibrio en la balanza energética”.
“Aumentamos casi un 30% la capacidad eléctrica, que nos permitió bajar en un 40% los cortes de luz porque el sistema tiene una capacidad de reserva muy superior y se adapta en los días de más calor. Dejamos un país con más energía, con inversiones en marcha, con una tarifa social para tres millones de hogares y una matriz menos contaminante”, afirmó.
Y cerró: “La actividad en Vaca Muerta se multiplicó y estamos cada vez más cerca de convertirnos en un país productor. La producción de gas no convencional se multiplicó por tres y la de petróleo no convencional por cuatro”.
Durante varios tramos Macri pareció pedir disculpas o ensayó autocríticas. Uno de los momentos donde más se vio esto fue cerca del final, luego de repasar los grandes aspectos de la gestión: “Estos cimientos también pueden ser difíciles de ver. Alguno de ustedes pueden preguntarse: ¿Qué me importa todo esto si mi salario no mejora? Es cierto. Es una gran frustración para mí que sea así. Pero también es cierto que todas estas condiciones son indispensables para crecer. Crecer y tener más trabajo y mejores salarios”.
“Lamento no haber podido ofrecer mejores resultados en estos años. Nos chocamos contra la misma piedra de tantas décadas en la vida de los argentinos: el dólar. Con cada suba del dólar, venían después la inflación y el aumento de la pobreza”, justificó.
A pesar de esto, insistió con que “el esfuerzo no ha sido en vano” y sentenció: “No perdimos cuatro años. Sólo cuando todos nos pongamos de acuerdo sobre cómo tener una moneda fuerte vamos a poder crecer y generar empleo”.
“Nada nunca puede estar por delante de los argentinos. Voy a seguir acompañándolos desde la oposición. Siempre de manera constructiva y responsable. Hoy hay una alternativa sana de poder en la Argentina. Vamos a seguir juntos con una presencia sólida en el Congreso. Para seguir trabajando por todo lo que falta. No tenga ninguna intención de poner trabas a propuestas sensatas y transparentes. El futuro de los argentinos de ni más ni menos de todos los argentinos”, concluyó el mandatario.