Durante un discurso en el que reiteró que escucha “una voz interior” que le dice que “esto tiene que salir bien”, el presidente Mauricio Macri ratificó el carácter “temporal” de las retenciones al agro y les pidió a las corporaciones agropecuarias “un último esfuerzo” para sacar adelante la economía. Puntualizó que para ello “primero hay que desmalezar” y habló de modificar los convenios colectivos de trabajo. Reiteró el slogan del “equilibrio presupuestario” y llamó a “mantener el rumbo” de su política económica “a pesar de todos los embates”.
El jefe de Estadio dio esas definiciones durante la apertura de la Jornada Nacional Agropecuaria que organiza Confederaciones Rurales Argentina (CRA) bajo el título “Competitividad, un objetivo a lograr”. Allí, frente a los que él denominó como “hombres de campo”, se disculpó por las retenciones a las que volvió a calificar de “malísimas” y habló de un “Estado desequilibrado que se lleva toda la plata que hay”.
“Cada obstáculo, cada problema y cada golpe nos fortalecen”, enfatizó el Presidente, para dejar claro que, a pesar de la debacle de su modelo económico, “este es el rumbo” que él considera oportuno para salir de la crisis. “Este es el camino, no hay otro”, indicó y le tiró un piropo a la platea: “Ustedes, los hombres campo, ponen la esperanza”.
“Dada la emergencia, les he tenido que pedir este último esfuerzo temporal, temporal, de este impuesto que es malísimo y perverso porque va en contra de lo que queremos”, dijo en referencia a los derechos de exportación que el macrismo puso en marcha para reponer los dólares que las reservas del Banco Central perdieron durante las sucesivas fugas de los últimos meses.
Tal como lo hizo la semana pasada, les prometió que, a modo de compensación, las empresas agropecuarias tendrán “toda la autoridad” para “sentarse a la mesa” de decisiones para pedirle cuentas al gobierno sobre “si se cumplen o no con las reformas estructurales” prometidas.
Además -y sin aclarar que en sus dos años y medio de gestión Cambiemos tomó más deudas que los gobiernos de los últimos 16- Macri reiteró la necesidad de salir de la lógica “que nos hizo creer que somos vivos y que podemos vivir de prestado” y prometió que “si resolvemos esto, vamos a lograr que la Argentina tenga un sistema financiero local que permita financiar” a sus propios productores y salir “del flagelo de la inflación”.
Dijo también que esos objetivos se logran “cambiando la actitud” de pesimismo y dijo que uno de los puntos que hay que debatir es la creación de “convenios laborales modernos”, porque “la mejor manera de proteger al trabajador es que tenga un trabajo formal”. De hecho, el agropecuario sigue siendo el sector con mayores índices de trabajo en negro; el último dato oficial suministrado por el ex Minsterio de Trabajo indicó que la informalidad seguía por encima del 40 por ciento.
El cierre del discurso de Macri fue una enfática defensa a su política de “equilibrio presupuestario”, que consiste en que los gastos del Estado no estén por encima de los ingresos al erario público; tal como a finales de la década del ’90 lo propuso el plan “déficit cero” con que el ex ministro Domingo Cavallo puso en marcha una dura política de ajustes y despidos.