En la madrugada del sábado 23 de febrero, una serie de llamados al 911 alertaron que en el salón de eventos Xanadú, de Villa La Ñata, zona de Tigre, una mujer se había desvanecido y no respiraba. La actriz y modelo Natacha Jaitt había participado de una reunión con otras cinco personas en ese complejo y fue hallada muerta ahí mismo sobre la cama de una suite.
Dos días antes, el jueves 21 a las 23 horas, Jaitt le envío dos mensajes de voz a un “amigovio” mendocino según fuentes de su entorno, del que no se sabía su existencia hasta el momento. Los audios, a los que pudo acceder a Infobae, indican que la modelo tuvo una conversación con Gonzalo Rigoni (45), dueño del Xanadú, con quien se contactó a través de su socio Raúl de Jesús Velaztiqui Duarte (47) y conoció la noche que se produjo su muerte.
“¿Te bañaste? Me tuvo una hora por teléfono hablando el dueño del salón que voy mañana. Ay, no puedo más”, le dice Jaitt extenuada en el primer audio a este hombre, en referencia a Rigoni. “Mirá el salón. El tipo de eventos que yo hago son estos, eh”, le agrega en otro mensaje que envía junto con una catarata de fotos y un video promocionales que le había compartido el dueño de Xanadú.
En su declaración, Rigoni dijo que hasta ese viernes no sabía quien era (“Yo no la conocía porque no miro la tele”) pero que en la reunión se habló con ella y Velaztiqui de la posibilidad de armar una fiesta en el lugar “muy cool, con valet parking, música de los 80 y 90, que les encantó”. “Intercambiamos ideas para la fiesta, pensando en un perfil de glamour”, contó el empresario, que también es importador de material vial.