“Estamos ante una demanda de la sociedad para involucrarnos en el tema y que no dependa de la buena voluntad de los clubes sino de un consenso social y político. Cada una de las asociaciones de clubes o federaciones definirá el tipo de sanciones o revisará cómo cambiar sus estatutos y se cambiará lo que se tenga que cambiar, pero queremos empezar a discutirlo para involucrar a los clubes y que el Estado se hago cargo de su cuota en el asunto”, consideró Santoro.

Su par bonaerense ejemplificó que en el caso de la URBA se podría ampliar la aplicación de las sanciones ya contempladas por el Tribunal de Disciplina para casos de violencia o discriminación dentro del campo de juego.  “Así como se habla que el rugby promueve ciertos valores, como la unión y la amistad, está claro que la violencia en patota no lo están trabajando”, lamentó el diputado e indicó que “los clubes de rugby han fallado en su trabajo y el proyecto es un disparador para el debate de otros deportes”.

En ese sentido, Santoro anticipó que se buscará sumar a las federaciones de artes marciales o boxeo para involucrar a otras disciplinas de alto contacto en “el tratamiento, prevención y sanción disciplinaria de las acciones ilícitas cometidas por los deportistas fuera del ámbito deportivo”.