Desde esa fecha, contrario a lo que el mundo del fútbol podría imaginar, el clima cambió dentro de la Casa Blanca. El actual mercado de pases parece ser una verdadera pesadilla para los españoles, quienes dejaron de ser uno de los grandes inversores (suelen dar el golpe en cada verano europeo con un fichaje top) para pasar a desmantelarse y perder varias figuras de peso.