En lugar de extenderse sobre el tema, Lombardi aprovechó el sesgo ideológico de su interlocutor para tildar de “golpista” a la Madre de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini, y analizó el panorama que enfrenta el Gobierno tras la categórica derrota en las PASO y frente a las elecciones del 27 de octubre.

Fue en ese momento cuando el funcionario de confianza de Mauricio Macri señaló que “no podemos perder de vista que se están debatiendo dos proyectos de futuro” y definió el del macrismo como uno “abierto al mundo, capaz de generar empleo de calidad para todos”. Quizá consciente de que todas las cifras de la economía señalan lo contrario, Lombardi sintió la necesidad de expresar una autocrítica: “Sabemos que cometimos errores que a lo mejor la gente, obviamente en nuestro afán de poner rápido a la Argentina de pie no había condiciones para ser… bueno, le metimos la mano en el bolsillo si querés a la gente, se achicaron su bolsillo.” Ningún opositor lo hubiera dicho mejor.