“Vengo por la presente a fin de solicitar se arbitren los medios necesarios para solicitar a la División de Operaciones Técnicas de la Policía Federal Argentina, si puede prestar colaboración para abrir el dispositivo iPad, secuestrado en autos, en atención que es de público conocimiento que los mismos pudieron realizar una maniobra similar en el esclarecimiento del homicidio de Baez Fernando”, decía el escrito de la solicitud que finalmente fue tenida en cuenta.
Ulises Jaitt, hermano de la modelo fallecida, había publicado el siguiente mensaje en su Instagram: “La justicia desbloqueó los celulares de los rugbiers pero no la tablet de mi hermana ¿a quién quieren proteger? Se nota mucho muchachos, disimulen”.
Si bien el equipo especial de fiscales de Tigre que investiga la causa -Sebastián Fitipaldi, Cosme Iribarren y Diego Callegari- logró en su momento acceder al celular marca Samsung de Jaitt, el iPad está secuestrado en desde el día del hecho pero no se pudo obtener su contenido porque nunca se tuvo la clave y el sistema Apple es más difícil de vulnerar.
En la causa del homicidio de Báez Sosa, seis de los diez celulares de los imputados analizados de la PFA eran iPhones de la marca Apple y lograron ser desbloqueados pese a que ninguno de sus dueños aportó la clave.
“Sólo Pablo Ventura, el remero inocente que había sido incriminado por los rugbiers pero nunca estuvo en Villa Gesell y después fue sobreseído en la causa, fue quien dio la clave para la apertura de su celular”, señaló una fuente de esa investigación.
El contenido de los celulares de los rugbiers -casi cinco terabytes de información con fotos, videos y mensajes-, fue obtenido mediante el UFED (Universal Forensic Extraction Device), un dispositivo que sirve para extraer y decodificar la información de la gran mayoría de teléfonos del mercado.
Jaitt (41) murió la madrugada del 23 de febrero del año pasado en el salón de fiestas “Xanadú” situado en Isla Verde al 600, de villa La Ñata, Benavídez, partido de Tigre, al que había concurrido por una reunión de negocios para programar un evento.
En un momento de la noche, durante la cual se consumieron drogas y alcohol, la conductora y modelo sufrió una “insuficiencia respiratoria por edema agudo de pulmón” y una “falla multiorgánica” y murió, según los resultados de la autopsia.
Las pericias toxicológicas confirmaron que Jaitt consumió cocaína y alcohol antes de morir en el salón de fiestas Xanadú, donde había ido a una reunión de negocios, y no detectaron la presencia de ningún veneno.
Los peritos hallaron rastros de cocaína en las fosas nasales, sangre, orina y en el estómago, mientras que la alcoholemia detectó que tenía 0,7 gramos de alcohol en sangre.
La familia Jaitt siempre sospechó y planteó que la muerte de Natalia podía haber sido un homicidio, aunque para los fiscales de Tigre todo indica que la muerte de la modelo fue producto de la ingesta voluntaria que esa noche hizo de cocaína.