Aseguran que no se presentará ningún gran programa económico, como esperan los analistas.
“No sabemos el nombre del bicho, pero lo que discutimos es que el modelo, el diseño sea argentino”. El “bicho” y su diseño no es otro que el resultado de las negociaciones entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno por el préstamo más grande de la historia del organismo multilateral.
La metáfora es de un importante funcionario del Gobierno, que sigue de cerca las conversaciones con los dos enviados de la misión del Fondo, que llegaron a esta capital el lunes y permanecerán hasta el viernes. Obedece a la misma lógica de una máxima que el Alberto Fernández repite por estas horas. “Quienes más saben sobre la economía argentina son los argentinos”, insiste el Presidente.
En el Gobierno, entonces, confían en que la solución tenga un formato local. Ya nadie habla de replicar las experiencias de Uruguay o Portugal, como el propio mandatario deslizó en la campaña.
En la Casa Rosada y en Washington todavía está muy fresco el recuerdo de los dos acuerdos de la administración de Mauricio Macri con el organismo. Las limitaciones para intervenir en el mercado cambiario, por ejemplo, no resultaron.
Algunos de los economistas que más escucha el Presidente apuestan a reactivar el mercado interno. Consideran que los aumentos de las jubilaciones mínimas y las sumas fijas alentaron el consumo. No temen que las medidas anticíclicas conspiren contra la baja de la inflación. Admiten que es un escenario complejo, porque al mismo tiempo que se renegocia la deuda buscan reactivar el mercado interno. “Son dos escenarios que normalmente están separados”, sostienen.
Por otro lado, destacan que sería más sencillo si los ministerios que manejan la obra pública no estuvieran paralizados. “No tiene que ver con la negociación; sino con los expedientes que quedaron pendientes, innumerables redeterminaciones de precios y con volver a activar una maquinaria paralizada. Ojalá tuviéramos un cañón de plata para inyectarla en el mercado, pero no lo tenemos”, señalan.
Cerca del Presidente insisten en que no se presentará un gran programa económico, como reclaman empresarios y analistas, ni siquiera luego de una negociación exitosa con el FMI. “La gente no quiere ver powerpoints, que están muy lejos suyo y de sus bolsillos”, sentencian.