La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzó esta mañana con una serie de reuniones para auditar el estado de las cuentas públicas argentinas con el objetivo de ver cómo pagará el país la deuda de 44.000 millones de dólares que mantiene con ese organismo multilateral.
Fuentes del Ministerio de Economía indicaron que habrá varias reuniones y se informará el resultado de las mismas al final de la misión, previsto para el 19 de este mes. También se reunirán con las autoridades y técnicos del Banco Central y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), entre otros organismos.
El planteo que formulará Economía, se detalló, estará a tono con el que desarrollará el ministro de Economía, Martín Guzmán, ante la Cámara de Diputados a las 17 sobre el proceso de reestructuración de la deuda pública que lleva adelante, no solo con el Fondo sino también con los privados, para dotarla de sustentabilidad.
La delegación está encabezada por Julie Kosack, directora adjunta del departamento para el Hemisferio Occidental, y el encargado del caso argentino, el venezolano Luis Cubeddu, quien ya desempeñó esta misma labor en 2002, cuando el gobierno nacional renegoció la deuda bajo la presidencia de Néstor Kirchner y con el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna. Tanto Kosack como Cubeddu, junto con otros técnicos del FMI, seguirán la exposición de Guzmán en el Congreso de la Nación. Según trascendió, el evento genera mucha expectativa en los funcionarios del organismo porque entienden que será la primera exposición detallada por parte del ministro.
Originalmente, la misión iba a permanecer en el país hasta el viernes, pero debido a la necesidad de recabar más datos, extendió su estadía hasta el miércoles de la semana que viene. En los primeros días, se reunirá con funcionarios nacionales para tener de primera mano un diagnóstico de la actual situación económica del país y las perspectivas para el corto y mediano plazo. No obstante, también buscarían la opinión de los empresarios, de los bancos y de analistas financieros, como parte de una agenda que “se define día por día”, afirmaron las fuentes allegadas a la negociación.
El auditor regional del FMI, Alejandro Werner, quien en principio no participa de la misión, explicó a fines de enero que “la misión se enfocará en cooperar con las autoridades argentinas en términos de entender el marco de la política económica y poder hacer nuestras proyecciones sobre el país, al entender mejor las medidas que se están tomando para mejorar la situación de la pobreza y reactivar la economía”.
El Fondo no incluyó a la Argentina en su reporte económico mundial difundido al cierre de ese mismo mes hasta realizar un “pronóstico más certero”, teniendo en cuenta que el Gobierno está en su etapa inicial, dijo Werner. En base a esto, mantuvo tal como estaban en octubre último las proyecciones del país, cuando estimó una caída de 1,3% del Producto Interno Bruto (PBI) para el 2020 y un repunte de 1,4% en 2021.
Entre esa declaración y esta visita, Guzmán se entrevistó el martes de la semana pasada en Roma con la directora del organismo, Kristalina Georgieva, y al término del encuentro el ministro dijo que intercambiaron “opiniones sobre el programa económico en marcha, distinguiendo entre medidas para lidiar con la situación actual de emergencia económica y aquellas para solucionar problemas estructurales de la economía”.
El ex presidente Mauricio Macri suscribió en junio del 2018 un primer acuerdo con el FMI por unos USD 40.000 millones, pero ante los incumplimientos de su gobierno y la corrida cambiaria se decidió realizar un segundo entendimiento, esta vez por USD 57.000 millones. Así, el FMI llegó a desembolsar unos USD 44.000 millones desde 2018 hasta agosto de 2019, cuando detuvo el envío de fondos luego del resultado de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), que le dieron el triunfo provisorio al presidente Alberto Fernández.