La crisis presupuestaria de las universidades públicas no solo afecta a la educación -entre tantas áreas-: también perjudica al deporte universitario, un fuerte pilar de estas instituciones. «El deporte es un derecho esencial para la formación de los estudiantes, pero la falta de fondos lo pone en riesgo», expresó Mariano Caprarelli, coordinador general de actividades deportivas de la Universidad de Buenos Aires.

El mega ajuste que ejecutó Milei alcanza tanto a quienes conforman equipos competitivos como a los integrantes de la comunidad académica que tienen la única oportunidad de acceso a la actividad física a través de estas instituciones.

Un bastión universitario en la mira

Un ejemplo claro se ve en la situación de los Juegos Universitarios Argentinos (JUAR). Estos se realizaban desde 2014, con la única interrupción en la pandemia. Sin embargo, por el ajuste presupuestario, este año ya no se harán y parecen haber llegado a su fin.

Los JUAR fueron creados por la Federación Argentina del Deporte Universitario en conjunto con el Ministerio de Educación: “Era la principal política pública del deporte universitario”, sintetizó Juan Loiseau, Director de Deportes de la Universidad de Lanús.

Funcionaban divididos en nueve regiones: Buenos Aires, CABA, Centro, Conurbano Norte, Conurbano Sur, Cuyo, NEA, NOA y Patagonia. Cada año participaban cerca de 25.000 estudiantes y la final nacional era disputada entre 3.000 y 4.000 deportistas divididos en 14 disciplinas: ajedrez, atletismo, básquet, básquet 3×3, e-Sports, fútbol, futsal, handball, hockey, natación, rugby, tenis, tenis de mesa y vóley.

«La organización implicaba ambulancias, médicos, arbitraje, alquiler de piletas, pistas de atletismo y canchas. Todo para hacer una gran olimpíada«, añadió Loiseau.

Además, destacó que su realización o no es enteramente una decisión política. “Más allá de los cambios de gobierno, siguieron desarrollándose. Ahora estamos en un contexto muy complicado. Porque, con la decisión de no actualizar el presupuesto, la crisis le pega de lleno a las universidades”.

Para Loiseau, su fin sería una pérdida enorme. “Tienen un impacto importantísimo en el desarrollo y la vida de nuestros estudiantes. Así que esperamos que esto se pueda revertir”.

Sin obras

Otro punto en la mira es el mantenimiento de las instalaciones. “Tenemos un playón polideportivo de 3.000 metros cuadrados que debemos refaccionar porque está deteriorado, pero es imposible hacerlo ahora. El presupuesto es muy acotado”, explicó Loiseau. También “nos bajamos de participaciones de eventos debido a los costos, y no pudimos renovar indumentaria y material deportivo”, completó el director de deportes de la Universidad de Lanús.

En el país hay 115 universidades, de las cuales 63 son públicas y concentran el 80% de los 2,5 millones de estudiantes universitarios. Este año, por la falta de actualización del presupuesto, este tipo de instituciones estuvieron obligadas a implementar medidas de austeridad drásticas, como la reducción del uso de la calefacción o la electricidad y la limitación de proyectos de investigación y extensión.

La Ley de Financiamiento Universitario intentaba frenar esta crisis con varios puntos importantes. Pero el 3 de octubre, después de una masiva marcha federal, fue vetada por el presidente Javier Milei. El argumento: que “atentaba contra el equilibrio fiscal”. Seis días más tarde, diputados respaldó el veto con 85 votos en contra de la ley, 159 a favor y 5 abstenciones.

“Por supuesto que esto también afecta al deporte universitario, ya que es un complemento a la actividad académica y se sostiene del presupuesto universitario. La práctica deportiva es parte fundamental en la formación de los futuros profesionales”, explicó Caprarelli.

Por otro lado, Caprarelli destacó: “El presupuesto está atrasadísimo. Tenemos salarios por debajo de la línea de pobreza que han perdido hasta un 40% de su poder adquisitivo. Esto afecta, entonces, al deporte, ya que se traduce en estudiantes y trabajadores sin recursos tanto para estudiar y viajar como para hacer deporte”.

“Estamos en una situación difícil como hace tiempo no veíamos”, finalizó.