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Economia

El cierre del acuerdo con el FMI se posterga para febrero

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La prórroga obedece a una cuestión política central: la asunción de Joe Biden y la designación de un nuevo jefe del Tesoro de los Estados Unidos.

El acuerdo con el FMI se posterga y ahora Washington y Buenos Aires trabajan con un nuevo cronograma: firmar un convenio recién en febrero.

El nuevo calendario lo definirá este viernes Martín Guzmán, con los enviados del FMI, Julie Kozak y Luis Cubeddu. Ambos emisarios terminan su misión y este mismo viernes a la noche vuelan para Washington. El plan original se postergó – por lo menos– un mes y medio y ahora se trabaja para cerrar el crucial convenio a fines de febrero.

Clarín confirmó la información al máximo nivel del Gobierno. La postergación estaba dentro de lo previsto y no es calificada como dramática por los voceros de la Quinta de Olivos. Habría información oficial. Pero está claro que obliga a la Casa Rosada a ampliar el “puente” de acciones transitorias, hasta buscar un aval internacional y, a la vez, reducir la incertidumbre que existe sobre Argentina.

La prórroga obedece a una cuestión política central: Kristalina Georgieva no quiere decidir nada sobre el controvertido “caso” argentino hasta que sea nombrado el nuevo jefe del Tesoro de los EE.UU.

Joe Biden asume el 20 de enero y los funcionarios del Fondo tienen pánico de que las futuras autoridades hagan una revisión y castigo de lo hecho en el FMI durante los cuatro años de Donald Trump.

El “caso argentino” generó una auditoría interna en el FMI. Ya fue eclipsado Alejandro Werner y desplazado Roberto Cardarelli: ambos le dieron luz verde al extraordinario auxilio que decidió Trump para Mauricio Macri. Pero los banqueros también dicen que todo se posterga por dos cuestiones propias de la negociación.

Primero, la conducción del FMI quiere ganar tiempo, para saber cómo va a evolucionar la encarnizada interna del Frente de Todos y el mercado cambiario.

El FMI posterga su decisión sobre Argentina: la tomará luego de que asuma Joe Biden como presidente de Estados Unidos. Foto AFP

El FMI posterga su decisión sobre Argentina: la tomará luego de que asuma Joe Biden como presidente de Estados Unidos. Foto AFP

También aún hay diferencias fuertes sobre la magnitud del ajuste fiscal que debe hacer Argentina. Guzmán defiende sus números y Washington quiere un recorte fuerte en el déficit fiscal. El tema no está zanjado y las diferencias equivalen a un recorte de unos 4.000 millones de dólares.

El cronograma original tentativo de la Casa Rosada era cerrar el acuerdo técnico con el FMI el 15 de diciembre. Y que el convenio sea aprobado por el “board” en la primera reunión, después de la fiesta de Reyes. Ahora todo se prorrogó: sería para cuando termine febrero.

A fin de enero, el Tesoro nombrará sus delegados en el FMI. Clarín confirmó que después volverá –en febrero– a Buenos Aires una nueva misión de Washington para intentar cerrar el convenio. Hasta ahora, Guzmán acordó con Cubeddu dos puntos clave: Argentina se compromete a lograr un déficit cero. Habrá una tablita descendente y el equilibrio se lograría en el 2025.

Ambos negociadores cerraron un convenio central: el acuerdo con el FMI deberá tener la aprobación del Congreso y el aval de la oposición. Guzmán informó del tema al Presidente. Fue en dos reuniones: el sábado pasado y este jueves, en Olivos. El ministro sorprendió, el fin de semana, al Presidente con una afirmación: le dijo que el FMI no quiere devaluar.

Se trató de una respuesta a la versión que existe entre hombres de negocios: esa información dice que el FMI prefiere que Argentina devalúe su moneda antes de cerrar un convenio. Pero Guzmán fue categórico: Washington no busca devaluar el peso y el FMI comprende el impacto social de la medida.

Los “lobos” de Wall Street tienen un mayor escepticismo. En sus “papers” secretos no creen en un acuerdo rápido con el FMI y sugieren atraso del dólar. El crítico contenido de los informes del JP Morgan, Credit Suisse y Morgan Stanley se reflejan en el riesgo país: sigue firme arriba en 1.368 puntos y refleja que Argentina está afuera –a pesar del acuerdo de la deuda- de los mercados.

Martín Guzmán, en el Senado cuando se debatió el Presupuesto 2021.

Martín Guzmán, en el Senado cuando se debatió el Presupuesto 2021.

Cristina Fernández habló estos temas en la secreta y sorpresiva reunión con Martín Redrado. El rencuentro lo propició un empresario de los Estados Unidos, que tiene amistad con ambos y confianza con Cristina.

La vicepresidenta está descontenta con la marcha de la economía y sabe que el desplome productivo afecta sus planes políticos: ganar las elecciones legislativas y salvarse de las múltiples denuncias de corrupción. Redrado le habría dicho que la situación no tiene corrección con los actuales parches. Ponderó los esfuerzos de Guzmán, pero dijo que el ministro no tenía apoyo en Wall Street.

Cristina no le ofreció ningún cargo y menos el BCRA. Redrado cree que para encarrilar la economía debe haber un plan global, un equipo coherente y cinco leyes de fondo que le den respaldo y credibilidad política al plan y a quien lo ejecuta. La vicepresidenta fue muy crítica con la gestión del BCRA. Para Cristina fue la causante inicial de la crisis cambiaria .

La fuerte tensión entre Guzmán y Miguel Pesce continúa. Siguen las diferencias.

Pero la Quinta de Olivos puso paños fríos: los obligó a sacarse una foto conjunta y frenar la escalada. Lisandro Cleri monitorea -todos los días- la mesa de dinero del BCRA. Sus informes tranquilizan a Guzmán: el goteo sigue, pero Economía afirma que cada día la cuestión cambiaria mejora.

La relación con los empresarios esta pésima. Los hombres de negocios sobre-reaccionaron por una cuestión: insisten en que el Presidente en persona se había comprometido a diferir y corregir las distorsiones del impuesto a la riqueza.

Ocurrió en las reuniones privadas –el último mes- que Alberto tuvo con los principales hombres de negocios del Argentina. Fue después de que los empresarios dijeran que el tributo era polémico y además el proyecto mal redactado.

Para los hombres de negocios, Alberto no cumplió. Ese desengaño provocó este jueves una gran decepción: la UIA y AEA se manifestaron durísimas. La AEA disparó contundente: “Hay un profundo desaliento en la comunidad empresaria”.

Alberto Fernández hizo este jueves un sorpresivo viaje a Uruguay y se reunió con Luis Lacalle Pou.

Alberto Fernández hizo este jueves un sorpresivo viaje a Uruguay y se reunió con Luis Lacalle Pou.

El Presidente inició la secreta ronda de contactos en una reunión con Miguel Acevedo, Luis Betnaza, Roberto Urquía y Javier Madanes Quintanilla.

Urquía fue directo: “Alberto: este proyecto afecta a los empresarios nacionales”.

El dueño de Aceitera Deheza agregó: “Nosotros competimos con 7 multinacionales y vamos a ser los únicos que tengamos que pagar”.

Para los hombres de negocios el tributo afecta la inversión nacional y –en términos relativos- beneficia a las “multis”. Sus detractores dicen que -por eso- Máximo Kirchner sería un “Robin Hood” al revés.

Esto se dijo en la última reunión de Copal, que lidera Daniel Funes de Rioja. También en la Unión Industrial –el miércoles– hubo una fuerte discusión: se criticó que el redactor del proyecto, Carlos Heller, dirija un banco cooperativo exento del pago de muchos tributos. Heller contragolpeó: califica a la UIA como “mezquina”.

El diputado tuvo un furioso encontronazo con el banquero Jorge Brito. Ambos compartieron a solas un almuerzo para tratar la cuestión y se dijeron de todo. Terminó muy mal. Hubo reproches mutuos y Brito lo responsabilizó por el daño a la economía. En el fragor del intercambio, Brito acusó a Heller de practicar un “progresismo trasnochado”.

Alfredo Coto, Marcos Bulgheroni y Paolo Rocca estuvieron a solas y escucharon a Alberto. A ninguno los afecta ya las posiciones duales de la Casa Rosada. Pero a todos -como al FMI– les genera una inquietante duda: ¿Quién manda en la Argentina?

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