El interés de Javier Milei por reforzar su narrativa y hacer trabajar al Congreso durante el receso de verano se transformó en un enigma desde que el senador Edgardo Kueider fue detenido en Paraguay, junto a su secretaria, con 200.000 dólares y pesos argentinos y guaraníes que no pudo explicar a las autoridades. El presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado fue apresado el miércoles con prisión domiciliaria (tras pagar una fianza de 300.000 verdes). Hasta entonces la mayor incógnita pasaba por la convocatoria a sesiones extraordinarias y si el gobierno volverá a la carga con reactivar el debate del Presupuesto 2025 a cambio de eliminar o reformar las PASO del año que viene.
Era otra la agenda de la Casa Rosada hasta que Kueider quedó enredado en Paraguay dentro de una trama que desató especulaciones de todo tipo. El culebrón, en pleno desarrollo, puede tener implicancias para el gobierno, que buscó despegarse de inmediato con éxito escaso. También para los que prefieren guardar silencio en Entre Ríos y observan con preocupación que el mantel está demasiado tirante.
Kueider llegó al Senado dentro de la boleta del Frente de Todos. Desembarcó en el Congreso junto al exgobernador Gustavo Bordet, que asumió como diputado nacional. Eso lo obligó a hacer una declaración jurada de sus bienes que no había hecho como mandatario. La Justicia investiga su patrimonio que ronda los 147 millones.
Kueider se transformó en un aliado clave para un oficialismo que cuenta con sólo siete bancas en la Cámara Alta. El senador impulsó la creación del bloque Unidad Federal, la primera división del bloque de Unión por la Patria, que incluyó a la cordobesista Alejandra Vigo y al correntino Carlos Camau Espínola. La idea de constituir un espacio peronista no kirchnerista dentro del Senado ahora está en crisis y con la caída de Kueider queda al desnudo que la base de esa arquitectura tiene una pata en Entre Ríos, la provincia que gobierna el PRO desde el año pasado.
El gobernador Rogelio Frigerio fue ministro del Interior del gobierno de Mauricio Macri y a fuerza de acuerdos tejió una relación de amistad con el entonces mandatario Bordet, que ahora es diputado de UxP. En el Senado la palabra de los gobernadores pesa mucho más que en la Cámara Baja. «Estoy harto de que Entre Ríos sea noticia por hechos de corrupción», dijo Frigerio, que suele guardar perfil bajo para no opinar sobre la Justicia. Aún así, en su entorno creen que el escándalo afectará al peronismo en las elecciones de medio término del año que viene.
En sus movimientos políticos Kueider no se manejó sólo, sino que hizo valer altísimo el peso de su voto. Del otro lado del mostrador, en la Casa Rosada, la interlocución la llevó el asesor presidencial Santiago Caputo, considerado uno de los más expuestos en el caso. Quizás por eso el operativo para despegarse es compartido por todos los que tuvieron contacto con el senador que ahora pasará un tiempo en Asunción, con prisión preventiva. Su silencio y los movimientos que haga de ahora en adelante posiblemente valdrán mucho más que su alineamiento político. Entre Ríos no es la única provincia que tiene investigaciones por presuntos casos de corrupción, pero ha registrado algunos resonantes. Hace un mes la Cámara de Casación Penal de Entre Ríos ordenó la detención del exgobernador Sergio Uribarri (PJ), condenado a ocho años en 2022 por “peculado” y “negociaciones incompatibles con la función pública”. Resta la apelación presentada ante la Corte, pero Casación ordenó que espere la sentencia detenido. Atrás quedó la condena por narcotráfico contra el intendente radical de Paraná, Sergio Varisco, fallecido hace tres años.
Mientras el caso Kueider siga destapando implicancias políticas, las esquirlas impactarán una y otra vez en el Congreso. Si hay extraordinarias aparecerá una y otra vez en cada sesión que se realice. Hasta que Kueider ensombreciera la euforia del oficialismo, todavía en alza por la previa del primer año del mandato presidencial de Javier Milei, el gobierno estaba en otra. El miércoles, luego de una trabajosa negociación, Martín Menem fue reelecto como presidente de la Cámara Baja. El clima estuvo teñido por la detención en Paraguay, que se había realizado ese mismo día por la madrugada y estalló en la primera mañana informativa. En la sesión preparatoria, tanto Germán Martínez, titular del bloque de UxP, como el radical Pablo Juliano de Democracia para Siempre, dedicaron parte de sus discursos a recordar que Kueider fue clave en la sanción de la Ley Bases y también resultó un aliado inestimable para el gobierno cuando intentaron evitar que el DNU 656 fuera anulado. Las dos cámaras rechazaron el decreto que ampliaba en 100.000 millones de pesos los fondos reservados de la SIDE, pero Kueider fue uno de los interlocutores del gobierno que estaban de acuerdo con mantenerlo a flote. Así surgió la idea de promoverlo como titular de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia. No prosperó por las sospechas y porque el radical Martín Lousteau tuvo hasta el respaldo del peronismo para evitar que el gobierno pudiera cerrar el círculo.
Menem terminó la sesión preparatoria y notó que el tema Kueider afloraba con fuerza. Esa misma tarde, tal como habían advertido en la Rosada, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció la convocatoria a extraordinarias con un temario muy acotado y sin los dos temas que más habían reclamado casi todas las fuerzas políticas. Adorni difundió un listado donde no aparece ni el Presupuesto 2025 ni Ficha limpia. En su lugar detalló que impulsarían la eliminación de las PASO, la reforma política, juicio en ausencia, ley «anti mafia», el pedido de autorización para los viajes al exterior del presidente y una llamativa «reforma de los fueros de la política». En el oficialismo confirmaron que es un proyecto de ley para la destitución de legisladores que tengan algún procesamiento. Es una forma de canalizar el malestar que provocó la resignación del debate sobre Ficha Limpia. El dictamen de mayoría es impulsado por el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Federal impide la postulación de candidatos que tengan una condena por corrupción confirmada en segunda instancia. Hubo dos pedidos de sesión para tratarlo y ambas se quedaron sin quórum, aunque en el segundo round faltaron 8 diputados de LLA y recrudeció la sospecha en el macrismo de un presunto acuerdo con el peronismo para no obstaculizar la postulación de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner el año que viene.
Tanto Menem como el peronismo negaron la existencia de un acuerdo de ese tipo y mucho menos que hubieran intercambiado enterrar Ficha Limpia a cambio de no impedir que Menem siga conduciendo la Cámara. Sin embargo, la resignación de ese proyecto ha calado hondo dentro y fuera del Palacio. Para contener la bronca del PRO, Milei ordenó la redacción de una nueva iniciativa con el asesoramiento del abogado Alejandro Fargosi. Aún así el tema no aparece en el borrador de extraordinarias y podría quedar para después de las elecciones del 2025.
La decisión de frenar Ficha Limpia fragilizó todavía más la relación con el PRO, pero por ahora no hubo una respuesta. Se suma al malestar de los gobernadores de Juntos por el Cambio por el encallamiento de la negociación del Presupuesto 2025. La última esperanza que tenían era que el tema apareciera en la convocatoria de extraordinarias, pero todavía no fue firmado el decreto presidencial que las convoca. Originalmente tenían que arrancar el 5 y hasta ahora no se formalizó. De ahí la expectativa de que aparezca otro punto, pero las chances para el presupuesto son escasas. Por eso crece con fuerza la idea de un sector de la UCR y de otro grupo del PRO de negarse a dar cuórum a todo el período de extraordinarias como repudio.
El ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo casi enterró la posibilidad de que haya un presupuesto sancionado por el Congreso para 2025. «Si para que pase el Presupuesto hay que arriesgar o sacrificar el ancla fiscal, que es lo más importante en nuestro modelo, no vale la pena», sentenció. Puede ser la clausura de la negociación o el vértice más agudo del tironeo, pero los plazos de las sesiones extraordinarias es tan corto que le resta credibilidad. Del 5 al 27 de diciembre hay sólo dos semanas hábiles, pero en el oficialismo hablan de una sesión para esta semana y de otra para antes o después de Navidad.
En medio de esa bruma, la eliminación de las PASO aparece como una exploración viable. El gobierno estaría dispuesto a quitarle la obligatoriedad y dejarlas como primarias, abiertas y simultáneas, como se realiza en La Pampa, cuyo gobernador es el peronista Sergio Ziliotto. Es una línea que suma respaldos ante una mayoría de mandatarios del panperonismo que no quieren las PASO hace rato. Cristina lanzó una señal que también impacta en ese tinglado. Esta semana habló para el ciclo Generación 94, realizado por el periodista Rodis Recalt, a 30 años de la reforma constitucional de 1994. La dos veces presidenta dijo que no se puede votar cada dos años y sugirió que habría que buscar formas de hacer enmiendas de la Carta Magna, como en México o Estados Unidos. La impulsora de las PASO, que promulgó su creación al final de su primera presidencia, deslizó la eliminación los comicios de medio término. No dijo nada de las primarias, pero sus declaraciones se metieron en medio de los cálculos sobre la arquitectura electoral del 2025, que ya contará con Boleta Única de Papel. Resta saber si tendrá primarias, pero esa parte queda atada a una negociación silenciosa que se sigue cocinando afuera del Congreso. Adentro siguen esperando una definición sobre los postulantes para la Corte, que tampoco fue incluido en el temario de extraordinarias que todavía no fue oficializado. En la Rosada dicen que se postergó porque el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue hospitalizado por problemas de salud. Aseguran que será a partir del lunes, pero en el Congreso dudan de que se realice, más ahora que la tormenta pasó al Senado, donde la vicepresidenta Victoria Villarruel deberá decidir qué hacer con el pedido de UxP para destituir a Kueider.