– El año pasado, con la plata de carreras y premiaciones. Juntaba unos pesos, compraba materiales y trabajaba para ahorrarme la mano de obra. Llevo hecho el encadenado, las aberturas y las columnas; me faltan el techo, el revoque y los pisos.

– ¿Ya puede usarse alguna de las piezas?

– No, por ahora todos seguimos durmiendo en la misma habitación, porque aún no está levantado el techo.

Fuente: Instagram.

– Ahora que clasificaste a Tokio, ¿vas a terminar la obra o pensás contratar a alguien?

– Lo tengo que hacer yo, porque es muy difícil juntar el dinero para la mano de obra. Se me complica y, si no lo termino yo, va a quedar la obra parada.

– Pensando en los Juegos Olímpicos, ¿no te da miedo lastimarte?

– Sí, y ya me ha pasado. Cuando subí las viguetas en una parte de la obra, me terminé de herniar. Tenía una doble hernia inguinal y me tuve que operar en septiembre del año pasado.

– Como atleta de alto rendimiento, ¿no te gustaría poder dedicarte al deporte de tiempo completo?

– No es que me guste la comodidad, pero un atleta de élite busca eso porque lo necesita para desarrollarse. Hay que estar tranquilo para descansar y entrenar. Nunca tuve problemas para trabajar: desde los 16 años que compito, entreno y trabajo. Y no es una excusa, pero ya a este nivel, de medallas y competencias internacionales, es fundamental el descanso. Y trabajando de albañil, aunque entrene bien, el cuerpo llega siempre más cansado. Hasta ahora venimos aguantando, capaz en adelante se abran otras puertas y pueda dedicarme más al deporte.