Entre las proyecciones para la economía argentina que maneja el Fondo Monetario Internacional (FMI), pocas presentan una imagen más negativa que la estimación para el consumo en 2018 y 2019. En el staff report dado a conocer el viernes junto con un desembolso de USD 5.700 millones, los técnicos del FMI pronostican caídas consecutivas por 8,6% y 4,1% en el consumo privado para este año y el próximo, respectivamente.
Mucho antes de que la crisis cambiaria desencadenara una aceleración inflacionaria, la expectativa para el consumo no era buena, pero los analistas esperaban una leverecuperación. La escalada en precios junto con salarios que hace rato pierden contra la inflación cambiaron los cálculos privados, pero los números de las consultoras difieren de que vienen desde Washington.
“La tendencia en sí es razonable: visto desde afuera hay una economía argentina que está estancada hace años, donde no hubo generación de trabajo en el sector privado y los salarios nunca llegaron a alcanzar a la inflación, con los salarios reales cayendo desde 2013“, señala Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando Ferreres & Asociados (OJF). Sin embargo, nota Spotorno, “los números del informe son un poco sobre-pesimistas”.
Entre los últimos números desde el sector privado en materia de consumo, la medición de Kantar Worldpanel en agosto indicaba que en el tercer trimestre el consumo masivo caería en 3% y que el año cerraría con una baja del 6% en el cuarto trimestre.
“Hay varias proyecciones que no cierran, porque si bien nadie duda que el tercer y cuarto trimestre van a ser muy flojos en materia de consumo, para entrar la zona de estimación del 8,6% , la caída tendría que ser muy fuerte“, nota el economista Martín Alfie, de Radar Consultores. De todas formas, agrega, “no está fuera de lo posible si se considera el escenario más inflacionario en los próximos meses y la pérdida de salario real fuerte”.
“Los efectos están exagerados, en el primer semestre el consumo estuvo recuperando terreno, cerrando cerca del 1% después de un 2017 malo“, recuerda Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis. Con un balance levemente a favor en la primera mitad del año y la evolución actual de la variable, razona Zelpo, es difícil que el número final se asemeje al que proyecta el Fondo.
El problema técnico planteado por Zelpo es compartido por Alfie, quien expresa ver varias inconsistencias en las proyecciones del staff report. “También se ven en la balanza exterior, parecería que el FMI usa modelos mecánicos que no sé si son los más precisos para la economía argentina”, considera el economista de Radar.
La tendencia del Fondo a tener una expectativa más negativa de la economía local es una historia que ya tiene varios capítulos, incluso respecto de los números oficiales del Gobierno, y mucho antes de que entrara en efecto el actual ciclo recesivo.
Con todo, hay quienes consideran que el margen de diferencia entre la cifra comunicada por el Fondo y las proyecciones más negativas para el año es lo suficientemente pequeña como para que el dato sea más factible de lo que se piensa. Entre ellos, Emmanuel Álvarez Agis, director de la consultora PxQ, comparte que “se está subestimando mucho el nivel de ajuste fiscal que va a haber este año y el que viene, en ambos casos Argentina va a ser el país que mayor ajuste fiscal implementará, y eso tiene sus consecuencias en el consumo”.
El dato para 2018 de -8,6% está apenas por arriba del calculo de entre 6% y 7% que Agis tiene en mente para fin de año.