Construido en 1956, este estadio, el más famoso del país, fue renovado en 2017 con un costo estimado de 24 mil millones de rublos (USD 388 millones a la tasa actual). Fue sede de siete partidos de la Copa del Mundo 2018, incluyendo la apertura y la final del domingo. Pero el coloso tuvo días más oscuros, especialmente en la década de 1990, cuando el país se sumió en una profunda crisis económica. Para el estadio al borde de la bancarrota, la única solución para rescatar las cajas era alquilar parcelas a los vendedores ambulantes, que montaban sus puestos en la cancha.