Los padres y docentes denunciaron que la pérdida de gas ya había sido denunciada en seis oportunidades. “Hace un año venimos reclamando por las pérdidas de gas. Si pasaba cinco minutos más tarde podrían haber muerto los chicos. Se salvaron por unos minutos”, se quejó un padre que se acercó a la escuela ni bien conocida la tragedia. “Seis expedientes tenemos de reclamos y mirá cómo terminó”, se lamentó una integrante de la cooperadora. “Ya hicimos todos los reclamos. Soy una mamá de la escuela, esto es increíble”, se quejó otra mujer, muy afectada por la reciente noticia.
Cascotes desparramados en el patio y cráteres abiertos en la cocina y parte del pasillo principal. Así encontraron la escuela los primeros vecinos en llegar cuando se escuchó la fuerte explosión. En el suelo también estaban los cuerpos de la vicerrectora Sandra Calamano (48) y al auxiliar Rubén Rodríguez (45), los primeros en entrar a la escuela, a las 7:30, y que fallecieron cuando la garrafa conectada a la calefacción voló.
“Esto iba pasar. No fue un accidente. Volaron 50 metros. Nunca pensamos que le iba a tocar a dos compañeros tan queridos”, contó a Página/12 Patricia Lezcano mientras intentaba contener las lágrimas. La explosión “estaba anunciada”, repite una y otra vez la docente y dirigente de Suteba Moreno.
Padres, docentes y autoridades de la escuela ya habían presentado las denuncias por las pérdidas de gas y el arreglo precario. Pero no tuvieron respuesta. “Esta es la desidia del gobierno de la provincia que no hizo nada. Las escuelas de Moreno son un polvorín y nadie nos da pelota. Entregamos las denuncias en La Plata, directo en la gobernación, las llevamos al Consejo Escolar, se las dimos al ministro Gabriel Sánchez Zinny y no hicieron nada. Esto iba a pasar”, reclamó Lezcano.
Los docentes intentaban contener a las familias de los chicos y de las víctimas, que también habían llegado al establecimiento. Hasta las 11 ningún representante de la Dirección General de Cultura y Educación del entorno de Vidal se había acercado hasta la escuela. “Estamos conteniendo a las familias como podemos. Sólo vinieron los inspectores”, dijo la docente. Calamano trabajaba en la escuela de Davaine y Félix Roldánhace, en Moreno, hacía 15 años. A esa escuela primaria concurren unos 500 chicos.
El titular de Suteba, Roberto Baradel, llegó a la escuela a media mañana y aseguró que presentará “una denuncia penal” porque “estas muertes no pueden quedar impunes”. “Veníamos diciendo que había una situación de abandono, de desidia y hasta de corrupción en las escuelas, pero esto es un desastre”, dijo Baradel. “Estas cosas se podrían evitar, la compañera ya había denunciado la pérdida de gas”, se lamentó también María Laura Torre, secretaria adjunta del gremio.
“La gobernadora Vidal es la única que tiene que explicar que hace con las escuelas porque esto no fue un accidente, se podía haber evitado”, se quejó la dirigente.
Antes de que el gobierno de Vidal volviera a convocar a los docentes para negociar la paritaria, obligada por orden judicial, los gremios agrupados en el Frente Único Docente Bonaerense habían llevado hasta la gobernación, en La Plata, y la Dirección de Cultura y Educación todas las denuncias de infraestructura que acumulaban las escuelas. El “carpetazo”, como llamaron los gremios a la recopilación de la información escuela por escuela, incluía las irregularidades con el suministro de gas de la escuela Nº49.
Las denuncias presentadas en esa oportunidad detallaban que más de la mitad de las escuelas bonaerenses tienen problemas de mantenimiento, que el 35 por ciento de los establecimientos presentan roturas en techos y filtraciones y que el 21 por ciento de las escuelas no cuentan con las instalaciones mínimas necesarias para el funcionamiento.