Verónica Zamboni planteó que el ataque fue premeditado y que los agresores “despreciaron” la vida de la víctima.
“No solo despreciaron la vida de Fernando, al agredirlo, pegándole vivo e inconsciente, sino que también huyeron para lograr la impunidad del hecho, sin siquiera intentar auxiliarlo en el momento que cayó al suelo”.
Con esa contundencia, la fiscal Verónica Zamboni -que investiga el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell- argumentó el pedido de prisión preventiva para ocho de los 10 rugbiers que están imputados por el brutal ataque a la salida del boliche Le Brique en la madrugada del 18 de enero.
En el texto, de 251 páginas, Zamboni asegura que los jóvenes acusados sabían que Báez Sosa había muerto tras el ataque, en base a las pericias realizadas a sus celulares. “El pibe caducó”, fue el aviso que dio Luciano Pertossi al resto del grupo, luego de volver a la escena del crimen y ser testigo de los gritos de la gente y los intentos desesperados por asistir a Fernando.
“Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie”, responde más de una hora después Ciro Pertossi, a las 6.06 del 18 de enero, en lo que para la fiscalía representa un claro ejemplo del pacto de silencio que los acusados mantienen hasta hoy.
El grupo de rugbiers detenidos por un crimen en Villa Gesell.
Uno de los videos que muestra el ataque a golpes contra Fernando tras salir del boliche de Villa Gesell.
Para formalizar los pedidos de detención, Zamboni ubicó a 8 de los imputados en la escena del crimen, con roles específicos en base a los testimonios recolectados, que le aportaron “elementos suficientes e indicios vehementes” para sostener la acusación por “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Máximo Thomsen (20)
Está imputado como uno de los dos coautores del crimen. Fue quien, según los testimonios que constan en la causa, habría liderado el ataque.
“Thomsen causó un conflicto con la víctima dentro de Le Brique y luego, premeditadamente, le hizo una seña amenazante con su mano en su cuello cuando los patovicas se disponían a sacarlo del boliche”, detalla en el escrito. Ese conflicto fue un incidente menor en la pista -Fernando lo empujó sin querer durante un “pogo” en el show de Neo Pistea y le pidió disculpas-, a lo que el rugbier respondió incitándolo a pelear, según el relato de los testigos.
Tras eso, fue sacado por la fuerza del boliche Le Brique y vestía “una camisa oscura o negra manga larga arremangada, media abierta arriba, con una bermuda azul oscura corta”.
Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, los dos imputados como coautores del asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.
Báez Sosa también fue echado del lugar por tener la camisa rota y se quedó en la vereda de enfrente a Le Brique, esperando a parte de sus amigos que seguían dentro del local.
Luego, afirma Zamboni, Thomsen y el resto de los imputados se repartieron roles “para agredir físicamente a la víctima para darle muerte, sin que ni siquiera Fernando pudiese advertir la agresión, siendo que fue por detrás”.
Cinco testigos señalaron a Thomsen en las ruedas de presos como “uno de los agresores de Fernando” y fue reconocido por la mayoría como “el sujeto que le propinara patadas en el rostro (…) ya tendido en el suelo”.
También aseguraron que pegó “golpes de puño cuando Fernando estaba de pie e incluso una patada con su pierna derecha en el hemisferio izquierdo de la cara, cuando éste a raíz de un golpe había quedado de rodillas sobre el suelo”.
Cuando la víctima estaba inconsciente, una persona aún no identificada arengó a los rugbiers a seguirle pegando. Una testigo aseguró que Thomsen respondió a viva voz: “Quedate tranquila que me lo voy a llevar de trofeo“.
Escoriaciones en el rostro de Máximo Thompsen, uno de los rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa.
Lesiones en las manos y el hombro de Máximo Thompsen, el rugbier imputado como coautor del crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.
El examen médico realizado tras su detención detectó escoriaciones en los nudillos en la mano derecha y en el brazo, lo que denota que “esas lesiones fueron seguramente producto de la agresión proferida a Fernando Báez Sosa”.
Ciro Pertossi (19)
Es el segundo imputado como coautor. Está acusado de ser “uno de los agresores directos de Fernando”, en el ataque que le provocó la muerte.
Del análisis del celular de otro de los acusados, Lucas Pertossi, surge que tras ser expulsados del boliche, Ciro se “acerca por detrás” y luego “ataca a la víctima”.
Lesiones en el rostro de Ciro Pertossi, uno de los rugbiers imputados por la crimen de Fernando Báez Sosa.
Este rugbier fue reconocido por tres testigos “como el sujeto que le pegó a Fernando cuando ya estaba en el piso”. Los golpes fueron en la cabeza, la cara y el pecho, detallan.
Zamboni especifica que hay imágenes de video que muestran cómo “le propina a la víctima una patada fuerte con pierna izquierda, en la parte del rostro”, y añade que “surge claramente” que “participa activamente de la agresión”.
En el texto la fiscal también destaca el hecho de que una filmación posterior al ataque lo muestra chupándose los dedos, intentando “limpiarse las manos en todo momento” como una forma de encubrir el ataque.
Lucas Pertossi (20)
Está acusado como partícipe necesario del homicidio de Fernando, al igual que el resto de los imputados del grupo de rugbiers (incluso los dos que fueron liberados este lunes). Si bien la acusación es menor que la de Thomsen y Ciro Pertossi, este delito -en caso de que se acredite el agravante de la premeditación- también contempla la pena de prisión perpetua. Es decir, al menos 35 años de cumplimiento efectivo.
Lucas Pertossi, uno de los rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.
Lucas Pertossi es, justamente, para la fiscal quien con su accionar demuestra la “premeditación” del crimen, ya que salió del boliche “filmando toda la secuencia de salida” hasta que “va desde el sector en que están pegándole a Fernando, directamente a pegarle patadas al amigo” éste.
“Ha quedado demostrado claramente -dice Zamboni- que Lucas Pertossi filmó desde el momento en que son sacados del interior del boliche bailable Le Brique hasta el preciso momento que la abordaron a la víctima, lo que reafirma la premeditación”. Allí se ve “cómo rodean los agresores a la víctima por su costado y por detrás, para luego agredirlo entre varios”.
En la acusación contra Lucas Pertossi remarca que esa grabación se hizo con su propio celular y que “se nota que dejaría de grabar, en apariencia, para sumarse al accionar agresor“. Es decir, corta la filmación para sumarse a la golpiza que terminó con la muerte de Báez Sosa.
Luciano Pertossi (18)
Fue reconocido por los testigos “como uno del grupo de los agresores de Fernando”, y de las pruebas se desprende que “sería uno de los sujetos ubicados en la agresión”.
Fue quien a las 4.55 volvió al lugar del ataque y envió un mensaje al grupo de WhatsApp que compartían los rugbiers. “Estoy acá cerca donde esta el pibe y están todos ahí a los gritos, esta la policía, llamaron a la ambulancia… caducó“, dijo.
Juan Pablo Guarino y Luciano Pertossi, dos de los rugbiers imputados por el crimen de Villa Gesell.
Esta prueba es clave para la fiscal, que afirma en su escrito que todos los imputados “tenían plena conciencia y conocimiento de que habían causado la muerte de Fernando, pese a lo cual, todos ellos huyeron del lugar, y se escondieron”.
Lesiones en el cuerpo de Luciano Pertossi, uno de los rugbiers imputados por la crimen de Fernando Báez Sosa
Matías Benicelli (20)
Fue quien abrió la puerta a la policía a las 10.30 del mismo sábado 18, horas después del crimen, cuando se ordenó la aprehensión del grupo. Un testigo lo ubicó como “agresor directo” de Fernando -detalló que fue el primero que le pegó una patada- y al menos otro lo sitúo “agrediendo también a un amigo”.
Este dato es determinante: para la fiscalía, todos los que golpearon, amenazaron o impidieron que otras personas intervinieran provocaron “la sustancial indefensión de Fernando”. Es decir, impidieron que otros pudieran ayudar o defender a Fernando, que estaba tirado en el piso y era golpeado entre varios.
Uno de los amigos de la víctima aseguró que Benicelli le gritó a Fernando “a ver si volvés a pegar negro de mierda” y “esto te pasa por pegar de atrás”.
Dos filmaciones privadas lo muestran golpeando a Fernando: se lo puede identificar por su contextura física y el detalle de que llevaba un rodete.
Enzo Comelli (19)
Salió detrás de Thomsen del boliche y al ser detenido presentaba un “hematoma sobre el labio inferior”.
Según la fiscal “fueron contundentes los testigos en cuanto a que Comelli sería un agresor directo de Fernando“, que “estaba con Máximo Thomsen en el interior del bailable en el que se generó un conflicto con la víctima”.
Lesiones en las manos de Enzo Comelli, uno de los rugbiers imputado por la crimen de Fernando Báez Sosa.
“Premeditadamente agredió a Fernando Báez junto con los restantes imputados, previo repartirse roles para agresor físicamente a la víctima y posteriormente matarla”, agregó.
“La contextura física de Enzo Comelli -agregó- es por demás fornida en comparación a la de Fernando y sus amigos“; lo que, asegura, resulta “mucho más peligroso en una agresión física”.
Blas Cinalli (18)
Uno de los testigos aseguró que golpeó a Fernando mientras estaba arrodillado, intentando defenderse del ataque. “Luego lo perdí de vista y lo vi dando vueltas por ahí”, dijo.
“Existen sendos elementos probatorios para” ubicarlo “en una participación criminal esencial en la comisión del hecho” y como “agresor directo de Fernando”.
En este caso, la fiscal no descarta reformular la acusación respecto a su grado de participación luego de producirse diligencias y pericias pendientes.
El momento de la detención de los rugbiers de Zárate. Al otro día, la Policía volvió a allanar y se llevó 19 pares de zapatillas.
Ayrton Viollaz (20)
Presentaba lesiones “en nudillo derecho del tercer dedo”, y la fiscal entendió que “todas la probanzas valoradas” lo “ubican claramente junto a Fernando pudiendo quizás tratarse de un agresor directo (lo cual está en plena etapa investigativa)”, por lo que consideró “reunidos los elementos que permiten acreditar prima facie (…) la esencial participación criminal en el hecho”.
Tras el ataque descripto, los acusados “buscaron una coartada para desvincularse del hecho, concurriendo a consumir comida a McDonald’s, luego de cambiarse sus prendas de vestir dos de los sospechados”, aseguró la fiscal en su acusación.
El juez de Garantías David Mancinelli tiene cinco días para resolver sobre el requerimiento de Zamboni, que en las próximas semanas irá incorporando al expediente numerosa prueba pendiente. Antes de dictar el auto de preventiva, el jueves, Mancinelli recibirá en audiencia a los abogados de la querella y al defensor, quienes pidieron argumentar, en un caso para sostener la acusación, en otro en un intento por atenuarla.
Este lunes, en tanto, fueron liberados Alejo Milanesi (20) y Juan Pedro Guarino (19) por insuficiencia de pruebas y el beneficio de la duda. De todos modos, seguirán siendo investigados y permanecen imputados en calidad de participes necesarios.
Dos de los rugbiers fueron liberados este lunes, pero seguirán siendo investigados. (Mario Quinteros)
De las pericias inmediatas que se hicieron a los rugbiers, en el caso específico de los dos jóvenes ahora liberados, se encontró un “eritematosa lineal en cara anterior de antebrazo izquierdo compatible con quemadura” (Guarino) y “escoriaciones lineales en segundo, tercero y cuarto dedo de mano derecha, como también en región dorsal, compatible con arañazos, escoriación en tercer nudillo de mano izquierda” (Milanesi).
Fernando Báez Sosa, el joven asesinado por los rugbiers en Villa Gesell. (Facebook)
Según la autopsia, que fue entregada el 22 de enero a la fiscal Zamboni, Fernando murió “en forma traumática producto de un paro cardíaco traumático por shock neurogénico producido por múltiples traumatismos de cráneo que generaron hemorragia masiva intracraneana intraparenquimatosa sin fractura ósea”.