“El Golpe de Estado se ha consumado”, denunció García Linera. La policía y las Fuerzas Armadas habían reclamado este domingo la renuncia de Morales.
Aquí un rápido repaso por la crisis que se abrió tras las elecciones presidenciales en las que se impuso Morales:
20 de octubre: Evo Morales se impone en las elecciones presidenciales frente al candidato de la derecha, el ex presidente entre 2003 y 2005 Carlos Mesa. Morales lideraba el escrutinio provisorio con el 45,28% de los votos frente a Mesa, que acaparaba 38,16%. Con esos guarismos ambos candidatos se encaminaban a un balotaje.
21 de octubre: El Tribunal Electoral (TSE) otorgaba el 46,4% de los votos a Morales, contra 37,07% para Mesa, con el 95,63% del escrutinio realizado. La brecha se acercaba a los 10 puntos porcentuales de diferencia que consagraban a Morales ganador en primera vuelta. Mesa comenzó a denunciar fraude. En varias regiones estallaron incidentes violentos, con incendios, enfrentamientos con la policía y saqueos.
22 de octubre: La oposición desconoce los resultados y convoca a una huelga general por tiempo indeterminado
23 de octubre: El presidente Morales denunció “un golpe de Estado en proceso” por parte de la derecha boliviana, con apoyo internacional.
25 de octubre: Tras los resultados finales, Morales es declarado oficialmente ganador en primera vuelta con el 47,08% de los votos frente a 36,51% de Mesa. A pesar de ello la oposición, la Unión Europea, Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y lo sgobiernos de Colombia y Argentina exigieron la realización de un balotaje aún cuando según la Constitución boliviana Morales era el nuevo presidente electo del país. Los cortes de calles y enfrentamientos se intensificaron.
28 de octubre: La protesta opositora se intensifica con bloqueos y enfrentamientos con la policía o entre simpatizantes y opositores de Morales en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
31 de octubre: Comienza una auditoría de la OEA sobre el escrutinio, solicitada por el gobierno de Morales pero rechazada por la oposición.
2 de noviembre: Luis Fernando Camacho empieza a mostrarse como el rostro más visible y radical de la oposición. Llama al Ejército y a la Policía a “ponerse del lado de la gente” e insta al presidente Morales a renunciar. Morales llama a las fuerzas armadas a “servir al pueblo boliviano” manteniéndose cerca de su gobierno.
4 de noviembre: Mesa exige que se convoque a nuevas elecciones presicenciales.
6 de noviembre: Siguen los enfrentamientos en Cochabamba y bloqueos en otras partes del país.
8 de noviembre: Tres unidades policiales se amotinan en Cochabamba, Sucre y Santa Cruz. Morales denuncia un golpe de Estado “en curso”, pero el gobierno descarta lanzar una operación militar contra los amotinados. La ola de protestas deja tres muertos y 200 heridos.
9 de noviembre: Morales acepta convocar a nuevas elecciones. A pesar de ello la oposición ahora las rechaza.
10 de noviembre: Se consuma el Golpe de Estad, el comandante de las Fuerzas Armadas exige también la renuncia de Morales. Jaqueado el presidente boliviano y su vice renuncian a sus cargos.