Cada vez más seguido nos encontramos leyendo que científicos en algún lugar del mundo, y muchas veces en la Argentina, descubren una nueva especie de dinosaurio. Un ejemplar nunca antes hallado ni catalogado. Un espécimen único que reescribe la historia de la paleontología moderna y asombra a los expertos.
Y es que por ejemplo, 2019 dejó un amplio registro de nuevas especies descubiertas. Inclusive, la más reciente, a principios de este año, generó una repercusión mundial: un nuevo Tiranosaurio fue hallado en Canadá, quizás, el dinosaurio más emblemático de todos, potenciado por las películas del director Stephen Spielberg, Jurassic Park.
Fue así que la semana pasada, investigadores de la Universidad de Calgary y del Royal Tyrrell Museum hallaron los restos de una especie de dinosaurio desconocida hasta ahora, un temible carnívoro de la familia del Tiranosaurio Rex, en la provincia de Alberta, en Canadá.
El descubrimiento del bautizado Thanatotheristes Degrootorum (Cosechador de muerte de DeGroots) es el primero realizado en 50 años en Canadá, según analiza la revista científica Cretaceous Research.
El hallazgo se dio cuando Jared Voris, entonces estudiante de maestría de la Universidad de Calgary, estaba examinando restos de una calavera de T-Rex en el Royal Tyrrell Museum cuando advirtió que tenía algunas características nunca antes vistas.
“Encontramos una característica nueva, luego otra, hasta que finalmente entendimos que que esto era algo completamente distinto a lo que habíamos visto”, comentó Voris.
El fósil fue hallado originalmente en 2010 en la costa del río Bow, cerca de la ciudad de Medicine Hat en el sur de Alberta, por un matrimonio, los DeGroots, cuyo apellido ha sido incorporado al nombre científico de la especie.
De acuerdo a Darla Zelenitsky, supervisora de Voris, el Thanatotheristes Degrootorum vivió unos 12 millones de años antes que el T-Rex y es el Tiranosaurio más antiguo descubierto en el país. “Estamos aprendiendo más sobre el ecosistema en este período antiguo, cuando los dinosaurios vagaban por el sur de Alberta”, consideró.
Otro pariente de un T-Rex, pero en Argentina
En la misma semana que se supo del Tiranosuario nuevo de Canadá, también los argentinos nos anoticiamos de un hallazgo muy importante en la Patagonia argentina.
Los restos de una nueva especie de dinosaurio carnívoro que habitó el sur del país hace 90 millones de años fueron hallados por un equipo de paleontólogos. Con cuatro metros de longitud, este dinosaurio terópodo es mucho más pequeño que su pariente lejano, el colosal Tyrannosaurus rex.
El hallazgo ocurrió en febrero de 2018 al noroeste de la provincia de Río Negro, y los científicos bautizaron a la nueva especie de dinosaurio abelisáurido como Tralkasaurus cuyi, según difundió la Agencia de Divulgación Científica (CTyS) de la Universidad Nacional de La Matanza.
Tralkasaurus significa “reptil trueno” en lengua mapuche, mientras que cuyi hace referencia al lugar en que se encontró, la meseta de El Cuy. Los abelisaurios son una familia de dinosaurios terópodos. El famoso Tyrannosaurus rex, un terópodo tiranosáurido oriundo de Norteamérica, alcanzó los 14 metros de longitud.
“El tamaño corporal del Tralkasaurus es más pequeño que el de otros carnívoros de su grupo, los abelisaurios, ya que ronda los cuatro metros de longitud, mientras que los conocidos previamente tienen entre siete y once metros”, explicó el doctor Federico Agnolín, investigador del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Aunque la talla del Tralkasaurus cuyi es muy reducida en comparación al Tyrannosaurus o al Carnotaurus (una especie que poseía cuernos), este nuevo dinosaurio comparte con ellos las características de ser bípedo, de cuello corto y musculoso, con cuatro garras en cada una de sus patas posteriores, en tanto que sus brazos también eran muy cortos en relación a su cuerpo y los huesos de sus extremidades eran ligeros y huecos.
Según los investigadores, es posible que el Tralkasaurus se alimentara de los pequeños dinosaurios herbívoros conocidos como iguanodontes, que fueron encontrados por el mismo equipo de paleontólogos en localidades cercanas, junto con otras especies como tortugas y lagartos.
Más descubrimientos en Argentina
Un equipo internacional de paleontólogos, bajo la dirección de Penélope Cruzado Caballero, investigadora asistente del CONICET en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN), describió una nueva especie de dinosaurio ornitópodo del Cretácico Superior.
La noticia fue dada a conocer en febrero de 2019, y se descubrió a partir de un ejemplar hallado en junio de 2016 (bien articulado y en buen estado) en la Formación Bajo de la Carpa –cerca de Rincón de los Sauces en el norte de la Provincia de Neuquén- donde afloran rocas de hace alrededor de 86 millones de años.
La nueva especie, bautizada por los investigadores como Mahuidacursor lipanglef, es la primera hallada en el yacimiento de Cerro Overo y se presentó en el Centro Cultural Alberdi en la ciudad de Neuquén.
“Mahuidacursor representa el primer registro significativo para esta área en el norte de la Cuenca Neuquina y el primero para la Formación Bajo de la Carpa, que corresponde a la edad Santoniense del Cretácico Superior, por lo que se estima que el ejemplar encontrado debió vivir entre hace aproximadamente unos 86 y unos 83 millones de años”, afirmó Cruzado Caballero.
“Mahuidacursor era una especie de mediano tamaño, de unos 6 metros aproximadamente, con una apariencia estilizada. Por otro lado, el análisis histológico realizado sobre el espécimen hallado nos permite deducir que si bien se trataba de un individuo sexualmente maduro, aun no estaba plenamente desarrollado”, explicó la investigadora.
Además de esta nueva especie, en la Patagonia hallaron en 2019 un nuevo dinosaurio. Se trató del nuevo saurópodo Bajadasaurus pronuspinax, descubierto en la formación geológica conocida como Bajada Colorada.
Los saurópodos son un grupo de dinosaurios herbívoros y cuadrúpedos que vivieron entre el Triásico Tardío y el final del Cretácico Superior -cuando se produjo la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno-, caracterizados por su gran tamaño y el largo de su cuello y cola.
Los resultados del estudio a cargo del equipo de paleontólogos del CONICET del Área de Paleontología de la Fundación Félix de Azara (Universidad Maimónides) y del Museo Paleontológico “Ernesto Bachmann” (Villa El Chocón, Neuquén).
La nueva especie pertenece a la familia de los dicreosáuridos, distinguida por largas espinas que cubren su cuello y espalda como continuación de sus vértebras, y vivió a comienzos del Cretácico Inferior hace alrededor de 140 millones de años.
“La funcionalidad de las largas espinas en los dicreosáuridos es aún motivo de controversias entre los paleontólogos. Con el hallazgo de Bajadasaurus creemos que se puede arrojar claridad sobre algunas cuestiones”, afirmó Pablo Gallina, investigador adjunto del CONICET en la Fundación Félix de Azara y primer autor del trabajo.
“Nosotros creemos que las largas y puntiagudas espinas -extremadamente largas y finas- en el cuello y la espalda de Bajadasaurus y Amargasaurus debían servir para disuadir a posibles predadores”, sostuvo Gallina, en declaraciones que reprodujo la web del Conicet.
Y agregó: “Sin embargo, pensamos que si sólo hubieran sido estructuras de hueso desnudas o forradas únicamente de piel podrían haber sufrido roturas o fracturas fácilmente con un golpe o al ser atacados por otros animales. Esto nos lleva a sugerir que estas espinas debieron estar protegidas por una funda córnea de queratina similar a lo que sucede en los cuernos de muchos mamíferos”.
Nuevo dinosaurio en Sudáfrica
Los arqueólogos de la Universidad del Witwatersrand en Sudáfrica anunciaron en agosto último el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio.
El fósil fue sido identificado como Massospondylus, una especie de dinosaurio del período Jurásico Inferior. Sin embargo, al analizar los restos, los investigadores llegaron a la conclusión de que pertenecían a otra especie del antiguo reptil.
Los científicos bautizaron a la nueva especie como Ngwewu intloko (cráneo gris). Según las estimaciones de los paleontólogos, el dinosaurio medía unos 4 metros y pesaba alrededor de 300 kilogramos. La especie tenía un cuerpo grueso, un cuello largo y delgado y una cabeza pequeña y cuadrada y comía plantas y animales pequeños.
Según explicó en un comunicado el profesor Paul Barrett, del Museo de Historia Natural de Londres, pese a que muchos científicos “han visto” la especie a lo largo de los últimos 30 años, todos ellos pensaron que “no era más que un ejemplo inusual de Massospondylus”.
El por qué de los nuevos descubrimientos
Argentina está dentro de los 5 países más importantes de riquezas paleontológicas en el mundo y cada vez hay más investigaciones y descubrimientos sobre nuevas especies, sobre nuevos ejemplares que poblaron la Tierra hace millones de años y que nosotros desconocemos, explicó a Infobae el paleontólogo y el guía de reserva del Museo de Ciencias Naturales de Marcos Paz, Oscar Vique.
“Es muy prolífero el suelo argentino en cuanto hallazgos. Pero encontrar un ejemplar algo nuevo significa muchos años de investigación. Es una gran sorpresa y signifca más trabajo comparativo, de investigación previa antes del anuncio final. Eso significa que se debe estudiar y catalogar la especie y comprobar y probar al mundo que es un ejemplar nunca antes visto, con alguna o varias particularidades que lo hacen diferente a lo ya hallado previamente. Son muchos años de estudio”, completó el experto.
El trabajo se complejiza, agrega el investigador, ya que lo que usualmente se descubre son huesos o fragmentos de fósiles y no el esqueleto completo. Por eso, luego viene una tarea titánica para armar todo el esqueleto animal y diferenciar sus características propias.
“Desde que fue la fiebre del oro en Canadá y EEUU, es muy común encontrar restos en el hemisferio norte americano. Pasa también los mismo ahora, a raíz del calentamiento global y el derretimiento de hielos, ya que se descongela el permafrost, la capa de suelo permanentemente congelado —pero no permanentemente cubierto de hielo o nieve— de las regiones muy frías o periglaciares.
Ignacio Escapa, investigador independiente del Conicet y paleobotánico en el Museo Egidio Feruglio (MEF), también resaltó a Infobae de la riqueza que tiene Argentina en el área de la paleontología.
Escapa, que estudia las plantas y el medio ambiente existente en el período Jurásico y Triásico, precisó que el planeta siempre estuvo cambiando y transformándose hace millones de años.
“El período Jurásico tenía mayor temperatura. No había hielo o casquetes polares. En la Patagonia había mucha vegetación y humedad, ya que no estaba la cordillera de los Andes, que se levantó hace ‘solo 20 millones de años. Los vientos del Pacífico venían cargados de agua que terminaban en los bosques y selvas patagónicas, donde estos animales vivía prolíferamente”, explicó el experto de la Universidad Nacional del Comahue.
“Tenemos un gran registro paleobotánico en la Patagonia. Tenemos bosques petrificados, hojas preservadas incluso con la cutícula, las células y los estomas, que te dicen cuanto dióxido de carbono había en la atmósfera y cuántas plantas había en el lugar”, precisó Escapa, que está a punto de lanza el libro Valle Gondwana, donde sigue la historia geológica y paleontológica del valle del río Chubut, y hasta para recorrer con GPS, con explicaciones que nos remontan hace más de 100 millones de años.