Las transferencias para financiar actividades académicas y científicas sufrieron uno de los mayores recortes en el Conicet, con una caída del 76 por ciento en sus partidas presupuestarias. En tanto, las partidas de mantenimiento y funcionamiento en general, lo cual se refleja concretamente en las dificultades cotidianas que enfrentan los investigadores para realizar sus tareas, percibieron una baja del 52 por ciento.

“Así, no sólo no se expanden los fondos como estaba previsto en el Plan 2020, sino que se contraen –señala el informe de Cifra–. El hecho de que la inversión en Conicet represente apenas el 0,4 por ciento del gasto total del Estado y que el pago de servicios de la deuda sea 45 veces mayor, refleja que el desfinanciamiento es una decisión política y no económica”.

Para ofrecer una comparación con la historia reciente, el estudio da cuenta de que el ajuste salarial impuesto por el actual gobierno generó una caída salarial entre los científicos similar a la que enfrentaron tras la crisis de 2001. “En 2019 el poder de compra de la beca doctoral se situaría apenas 10 por ciento por encima del mismo nivel registrado en la crisis económica de 2002. Se trata de un retroceso de 16 años”.