El cuarto intermedio podría terminar si no se aprueba la Ley de Garantías que implique el cese de la persecución política contra miembros del MAS o si no se deroga el decreto 4078 que, como dijo la senadora Eva Copa a este diario, es “una carta blanca para matar”. “El objetivo del ampliado es uno solo: encaminar la unidad de las organizaciones sociales en lucha”, dijo Andrónico Rodríguez al final del encuentro que también, entre sus acuerdos, dio un plazo de cinco días para que las autoridades del MAS IPSP para convocar a un “ampliado nacional”; una intimación desde las bases a reorganizar “la herramienta que se ha parido entre estas organizaciones”, según la definición de Yolanda Calani, quien además subrayó la importancia del último punto: que la Confederación Sindical de Mujeres Interculturales entre en la mesa de unidad de donde habían quedado excluidas. “Nosotras queremos estar ahí porque tenemos pliegos de reivindicaciones propios, sobre nuestros derechos al trabajo, a la salud sexual; pero también necesitábamos que nuestras bases nos autoricen a entrar en esa mesa donde la COB –Central Obrera de Bolivia– se sentó sin dialogar con sus bases ni con nadie y por eso también le pedimos que rectifique su postura”.

Esta apuesta de las organizaciones de base es un escenario más que se abre y una posición de fuerza para empujar las garantías que la bancada del MAS en la Asamblea Legislativa Plurinacional busca sancionar, una vez reglamentada la ley de elecciones extraordinarias, el camino más próximo a una salida política a una crisis que ha producido ya demasiadas heridas que están muy lejos de cerrarse.