La directiva presidida por Juan Román Riquelme agasajará a uno de los referentes más importantes
En Boca Juniors hay una decisión tomada respecto al nombre que llevará en un futuro cercano el Centro de Entrenamiento de Ezeiza, popularmente conocido como “Boca Predio”. Aunque todavía tienen pendientes algunas obras importantes que lo dejarán al 100% de su potencial, Juan Román Riquelme pretende rendir homenaje a una de las máximas glorias de la institución y bautizaría el sitio en el que diariamente practica el plantel profesional y las inferiores como “Carlos Bianchi”.
La triste pérdida de Miguel Ángel Russo llevó a pensar y proponer a varios fanáticos en las redes sociales que el Boca Predio llevara su nombre como tributo al DT que ganó la última Copa Libertadores en la institución. Sin embargo, el presidente xeneize ya tenía en la cabeza la idea de proponerle al Virrey ser partícipe de un evento que se planificará a futuro una vez que todas las obras planificadas para el corto y mediano plazo queden terminadas.
Hace un tiempo, Riquelme repasó las remodelaciones y cambios que sufrió el predio de Ezeiza que había sido inaugurado en 2017 durante la gestión de Daniel Angelici, que tenía en mente ponerle el nombre del complejo a Mauricio Macri. Según la visión de Román, lo único que le falta a Boca para asemejarse con los mejores clubes del mundo y sus espacios de entrenamiento es la construcción de un hotel. Una de las problemáticas que afronta la comisión directiva xeneize es que en épocas de temporada alta (enero y julio), es complicado conseguir plazas hoteleras para los planteles de Primera División y Reserva. Por eso, la edificación que se levantaría en Ezeiza solucionaría esa cuestión y llevaría a ahorrar dinero a largo plazo.
La última ovación que recibió Carlos Bianchi en la Bombonera: el día del partido homenaje a Riquelme
Según pudo averiguar Infobae, el master plan que la directiva de Boca tiene guardada bajo llave y va en paralelo a la ampliación de la Bombonera, estipula que se construiría un hotel con capacidad para 60 personas para el plantel profesional y otro de 40 plazas para la Reserva. Además, al margen de que el club de la Ribera goza de buena salud en el aspecto económico, desde la Conmebol se ofrecieron a financiar las obras, algo que todavía está en estudio.
¿Qué otras obras se verán en el próximo tiempo en Ezeiza? Una nueva confitería, un comedor destinado al tercer tiempo de los juveniles y dos canchas de césped sintético (una de ellas será techada para utilizar los días de lluvias o tormentas). Seguramente estas refacciones estén terminadas y también se haya avanzado con el levantamiento de los hoteles para cuando Riquelme le proponga a Bianchi cortar el listón y ser partícipe de este agasajo.
Desde que Riquelme asumió como vicepresidente y posteriormente fue electo máxima autoridad, cada vez que un entrenador es despedido suena el nombre de Bianchi. Lo cierto es que el contacto entre el pope azul y oro y el ex entrenador de 76 años es fluida, mensual, sino semanal. Fue uno de los más ovacionados por el público a mediados de 2023, cuando Román organizó su partido despedida en la Bombonera. “Usted es el culpable de que todos los bosteros pensemos que ganar la Libertadores es muy fácil. Que la gente nos tenga cariño a todos nosotros, es porque el señor nos enseñó a competir”, declaró Riquelme, a micrófono abierto, frente a los hinchas, con Bianchi presente esa noche.
El legado de Carlos Bianchi en Boca se extiende más allá de los títulos y las estadísticas: su paso por el club marcó el inicio de una era que redefinió la historia de la institución. Considerado el director técnico más exitoso de Boca, el Virrey asumió el cargo en 1998 y, desde entonces, condujo al equipo a una sucesión de logros sin precedentes. Durante sus tres etapas al frente del plantel, dirigió un total de 349 partidos, de los cuales 181 terminaron en victoria, 97 en empate y 71 en derrota. Bajo su conducción, el club conquistó tres Copas Libertadores, dos Copas Intercontinentales y cuatro campeonatos locales, consolidando una hegemonía que se tradujo en una de las épocas más celebradas por la afición xeneize.
Así como su estatua lo homenajea en la Bombonera, con el renombramiento del Boca Predio, su nombre quedaría inmortalizado en otro espacio de uso diario para el club.