Siguiendo la directiva presidencial, Mahíques presentó un escrito de cinco carillas –a las que tuvo acceso PáginaI12– en las que le solicita al presidente del Consejo, Ricardo Recondo, que dé intervención a la comisión de Disciplina para destituir al juez Ramos Padilla. Mahíques advierte que la denuncia la hace por orden del ministro de Justicia, Germán Garavano. En el sorteo, la instrucción de la acusación quedó en manos del macrista Pablo Tonelli, uno de los más fervientes defensores de la destitución.
En el texto, asegura que en su presentación ante el Congreso Ramos Padilla
“reveló cuestiones vinculadas a dicha investigación en curso, lo que demuestra una irregular actuación, violatoria de los deberes de imparcialidad y reserva que todo juez debe guardar respecto de las causas que tramitan ante sus estrados y en resguardo de los derechos de las partes involucradas”.
“Durante el transcurso de la audiencia, el magistrado expuso acerca de detalles de la causa en trámite, lo que representa una evidente infracción al deber de reserva”, sostuvo el representante del Ejecutivo, que insistió en que “el magistrado hizo de su investigación una cuestión pública, política y mediática, alejada del rol que la Constitución Nacional reconoce al Poder Judicial, poniendo gravemente en crisis la confianza de los habitantes”.
No hay en el texto otros elementos para acusar a Ramos Padilla. Toda la presentación está basada en distintas consideraciones y adjetivaciones sobre su paso por el Congreso, donde denunció una red de espionaje que podría involucrar a sectores de los poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo, ya que habría diputados involucrados, como Paula Oliveto, de la Coalición Cívica. Sobre todo esto, el juez mostró parte de la prueba que existe en la causa.
No obstante, para el representante del Ejecutivo Ramos Padilla tuvo “una actitud confrontativa para con algunos legisladores, lo que demuestra un accionar contrario con la prudencia y el decoro que se espera de un juez federal”. No aclaró a qué legisladores se refería, dado que el bloque oficialista vació la exposición, a la que calificó de “farsa”. “Después de su insólitamente extensa exposición ante la comisión, Ramos Padilla afirmó como verdaderos diversos extremos de la investigación que, según sus propios dichos, todavía no han sido verificados”, sostuvo Mahíques, sumando adjetivos al texto. “Cuestionó e involucró a otros magistrados y diputados, lo que resulta, además de imprudente, contradictorio y constitutivo de inaceptable prejuzgamiento”, arguyó, en línea con la defensa del fiscal Carlos Stornelli. Sostuvo que su “actuación habla de una pérdida total de ecuanimidad”.
En el escrito, también cuestiona que el juez se haya presentado en la comisión de Libertad de Expresión y no en la comisión bicameral de Inteligencia, pero omite un detalle: el oficialismo venía bloqueando la exposición de juez en esta última. Recién después de que reveló la gravedad de los hechos investigados, el presidente de esa comisión, el radical Juan Carlos Marino, lo citó. Tampoco se explica desde el oficialismo cómo lo citan de nuevo al Congreso y, al mismo tiempo, lo acusan por haber ido al Poder Legislativo.
En suma, no hay otra prueba que no sea la presentación de Ramos Padilla ante el Congreso. En su primera declaración al respecto, Macri sostuvo que el juez “ya se había mandado varias”, pero el Poder Ejecutivo no pudo informar al Consejo de la Magistratura cuales serían esas “varias”. Solo mencionó un hecho.
El ministro Garavano aseguró que “es extraño que un juez vaya al Congreso y haga presentaciones extrañas y pedidos extraños que no siguen lo que marca la ley”. “No es una causa que perturbe al Gobierno: el Gobierno ve que alguien lo quiere involucrar en una causa en la que no tenemos ninguna vinculación. Se hace un show político en un año electoral”, dijo, aunque las acciones del Ejecutivo parecen indicar lo contrario.