En el entorno escolar, los niños que sufren acoso pueden negarse a asistir a clases, mostrar una disminución en su rendimiento académico o perder el interés en actividades que anteriormente disfrutaban. También comienzan a evitar situaciones sociales, alejarse de sus amistades o comienzan a ser más reservados.
Si un padre, madre o tutor identifica que su hijo es víctima de acoso escolar, es importante actuar de manera oportuna para apoyarlo y buscar una solución. La Unicef tiene siete pasos esenciales sobre cómo actuar ante el tema, los cuáles son los siguientes:
- Actúa pronto para protegerles y después busca soluciones.
- Escúchale con mucha atención y sobre todo sin juzgarle.
- Hazle saber que estás para apoyarle y que juntos van a encontrar una solución.
- Busca a un profesional para trabajar el impacto emocional que puede causar en tu hija o hijo.
- Si el acoso ocurre en línea, mantén un registro de todos los acontecimientos.
- Contacta a la escuela para informarles la situación y pide que tomen medidas para detenerlo.
- Si el acoso no se detiene, pide ayuda a las autoridades de protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes de tu estado.
También es recomendable reforzar la privacidad de las cuentas del menor y fomentar un uso responsable de las tecnologías digitales.
La participación activa de los padres en la vida académica y social de sus hijos es fundamental para prevenir el acoso escolar. Fomentar la confianza, enseñar valores de respeto y empatía, así como promover relaciones saludables, contribuye a la creación de entornos escolares más seguros y armoniosos para todos los niños.
Si en caso contrario, se tienen sospechas o se sabe que su hijo está intimidando a otros niños, es importante recordar que no son inherentemente malos, pero pueden estar actuando de forma violenta por una serie de razones como querer encajar, necesidad de atención o simplemente están descubriendo cómo lidiar con emociones complicadas. En algunos casos, los acosadores son víctimas o testigos de violencia en el hogar o en su comunidad, por lo que podría estar replicando los patrones que ve familiares.
Si este es el caso, esto es lo que se debe hacer para actuar y detener la situación:
- Comunicación. Comprender por qué el niño o la niña está actuando así, lo que ayudará a saber cómo ayudarlo. “¿Se siente inseguro en la escuela? ¿Está peleado con un amigo o hermano?”, sugiere como preguntas fundamentales la organización. Si no se obtienen resultados al abordar el tema, se puede buscar la ayuda de un consejero, trabajador social o profesional de salud mental que esté capacitado para trabajar con niños.
- Trabajar para encontrar formas saludables de afrontar los problemas. Es bueno pedirle a los hijos que expliquen un escenario que les frustra y explicarle formas constructivas de reaccionar. Se puede hacer una lluvia de ideas sobre posibles escenarios futuros y respuestas que no sean dañinas para nadie, tanto en la realidad como en el mundo digital.
- Examinarse a uno mismo. Los niños que intimidan a menudo repiten lo que ven en casa. ¿Están expuestos a comportamientos perjudiciales física o emocionalmente por tu parte o por parte de otro cuidador? Mirar hacia adentro y pensar honestamente sobre cómo se comportan los padres delante de los hijos es clave.
- Explicar las consecuencias. Es importante hablar sobre los efectos que tendrán sus actos y ofrecerle oportunidades para hacer las paces. “Si descubres que tu hijo ha estado intimidando, es importante que esto tengan consecuencias apropiadas y no violentas. Podrías limitar sus actividades, especialmente aquellas que fomentan el acoso escolar (reuniones sociales, tiempo de pantalla o de uso de redes sociales)”, agregó la Unicef.
No importa si el acoso es físico o psicológico, el daño puede ser muy profundo para el niño, niña o adolescente que lo sufre y puede impactar su salud física y mental a corto, mediano y largo plazo, haciendo que disminuyan su autoestima y confianza en sí mismos, y puede desencadenar algunos padecimientos como ansiedad o depresión, e incluso, puede conducir al suicidio.